viernes, diciembre 23, 2016

Revista IUS Colegio de Abogados Tenerife

Una sucesión de cosas buenas
Arrancó esta fase de despedida del año con el comentario de Manolo Vidal a mi último libro sobre el Sáhara y mi trilogía. Como dijo mi hermano: más no se podía decir en cuatro líneas. Después vino la entrevista para El Búho, el poder explicarme ante gente de mucho altura intelectual. Sirve para situarte, conocer tu posición, contrastarte. Por twitter no dejan de nombrar el último programa del año y el declive sindical, con mi nombre/cuenta. También estoy muy satisfecho con la línea que mantengo en prensa, que es la que deseo exactamente,  y con la facilidad que me sale la columna; no edifico nada. No soy ningún opinante malabarista. Son pequeños ensayos.
El miércoles a la tarde tuve dos llamadas benéficas. Mi hermano, para informarme que salíamos en la revista IUS del Colegio de Abogados y un amigo vasco, profesor de filosofía, del que estaba alejado a raíz de una discusión sobre Hegel. Ya nos habíamos llamado. Su mujer, ya me dijo: sois igual de coléricos. Y vascos.
Tengo ya la revista del Colegio, ha sido una sorpresa y, encima, tratado con encomio. Uno se disuelve, no quiere saber nada de determinados mundos de Dios y hay quien no te deja y te reintegra. Sin embargo estoy muy fuera pese a todo, y no de forma pacífica. He tenido la virtud de ser bastante bueno en relaciones afectivas (gracias a la  socialización vasca). Los más desasistidos las cifran en las relaciones sociales, así resultan tan lastimosamente patosos. Si eres bueno en las relaciones afectivas, de simpatía, empáticas vas a tener un lecho social real, no derivado, institucional, de delatada inversión.
Las personas no son afortunadamente idénticas, hay algunas que son mejores o mucho mejores que otras. Valen más. En el Colegio de Abogados he sido tratado de maravilla con tres decanos (al punto que todo lo pedido me ha sido concedido, ahora estamos en la fase de que se me da sin pedir,  por lo que estoy muy agradecimiento). Se me tilda de primer director de la revista IUS, para que nos hagamos una idea. Al que más aprecio y me considero amigo es del actual, es alguien al que admiro, he tenido con él conversaciones dijéramos humanas, nos hemos reconocido en la humanidad, sin hablar de nosotros. Con otros abogados (siempre me ha costado muchísimo  decir “compañero”, “cliente”, "despacho" y cosas definitorias, seguramente por algo profundo) también he tenido grandes momentos de proximidad y afecto. Es algo que surge en los encuentros.
Me ha parecido muy divertido de que la reseña hable de mi problema con la USO- Canarias, la lata más caducada  en los estantes polvorientos de abajo del supermercado sindical. Cogido del libro mío. Curiosamente la cuestión del  pleito no arranca por lo que fijó la sentencia, tesis inverosímil por lo demás, sino por lo que escribí ya antes de que pudiera haber juicio en el anterior libro a este, y dice ahora IUS: por no querer irme. No por  no aceptar nuevas condiciones y en pos de la consecución de un nuevo acuerdo no pasarme ningún caso (¡cuidado que hay que ser desproporcionados y voluntariosos de la libre voluntad de las partes -de una sola parte tan inmensamente coactiva, en la obtención de acuerdos!). ¿Habrá pasado algo así, tan radical y surrealista, en el mundo? En fin, que yo no estoy en diálogo o debate con el antiguo mundo. No tengo más que decir.
Desde luego el Colegio no se ha hecho el distante, sino que practica  la libertad y cree en la responsabilidad. Les llamaré al Decano y al Gerente para darle las gracias. Para mí como para ellos es importante la caballerosidad, las formas, elegancia, nobleza…
En el último post hablaba del obrerismo en su doble vertiente, sindicalista y laboralista. Me temo que soy el gran especialista en España. Y del nivel intelectual, moral y cultural de ellos, firmantes de manifiestos tan inteligentes como luminosos, ellos que se las dan  de catedráticos morales en su pequeñez ridícula, y que han vivido la totalidad de sus vidas en vasijas, desde donde tumbados dentro  solo han estado viendo (enfocado) el cielo. No tuvieron la suerte de que como en la cábala judía  (luriana) las vasijas se rompieran,  se desprendieran chispas y la intimidad con Dios fuera perdida por  una interposición del mal. El mundo. Debajo de las cátedras-catecismo, unos corporativos muy aburridos pero aún  más corporativistas y reaccionarios, que han manejado toda su vida manuales  técnicos de diversión, con chalaneos, posiciones y buenas dosis de colocación y total ausencia de mínimos de complejidad.

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