miércoles, noviembre 30, 2016

Tras el regreso, los lógicos progresos

Comprado en Las Arenas, leído en lo trenes de Bilbao a Sevilla, no terminado. Reconfortante por hondo, vidas que transitan por mundos en los que permanecen absorbidas, en su desnudez más porosa y  lúgubre.  
Desde  que regresé el viernes, aparte  de los planes de sábado y lunes me he dedicado a las galeradas. Ya faltan las  segundas correcciones. El prólogo es del Niño, que fue el  domingo a dar una conferencia (o mesa) a Sofía (Bulgaria) sobre Rusia.  Ya me las ha mandado.
Ayer descansé y me puse a leer  ya sin ningún objetivo  sobre multiculturalismo e interculturalidad y sobre los judíos  en  la Viena dela Belle Epoque,  con música  de la cadena  Dial  y   Franco  Battiato  (años sin oírle), que me  encanta: ¡qué  música y  letras!, siempre lo  poníamos  en nuestros comidas o  cenas guateque de los 90. E y  Espy   también  lo bailaban.
El lunes en  Los Reunidos, Fer me enseñó  el  “guisote Pancho Villa” que hace Espy en  Tucson: condimentos y una vez hecho. Tenemos dólar y euro  casi a la par, lo que nos  perjudicará.
La verdad es que con las correcciones del “Sáhara, cambio de paradigma” he sentido mucha satisfacción, lo he disfrutado,  tenía al final la sensación  de haber  sacado  lo mejor de mí.  Según el Niño –que es autoridad-    mi trilogía del Sáhara ya es imprescindible para entrar en esa materia. También que mantengo posiciones que no  son populares en España.
No lo elijo, solo puedo escribir sobre lo no dicho, no reflexionado, los ángulos ignorados,  lejos del  mainstream.  Influirá en ello   mi aversión por la opinión común, las consignas,  el dictum coral, y todos los lugares comunes, estereotipos,  prejuicios, ideas- eslóganes… nunca he podido con ello. Lo mayoritario siempre me ha dado grima, desde adolescente,  sabía que no era  lugar noble, ni digno, ni era la verdad (tenía el franquismo, sin ir más lejos). 
En marcha la preparación de las fiestas. Vienen y repiten desde  lejos.
Mis hijos, días en Chicago por el Thanksgiving (day no se dice según mi hijo). Pero hoy, vía Atlanta, se va a Panamá

domingo, noviembre 27, 2016

Mácaros, última de 2016


Por primera vez los primeros en llegar a la tertulia Mácaros, fuimos mi hermano y yo. El Sitio me manda 4 libros de las conferencias celebradas y ahora publicadas desde  2013-2015 entre las que están las nuestras. Según mi  hermano dos años o así después, es su conferencia   de lo mejor que ha leído sobre Wagner. Yo prudentemente no he leído la mía, por si las moscas. Luego llegó el anfitrionazgo y ex  doctor Harris, que había actuado con su banda  de música de San Andrés (no entiendo  nada), luego el catedrático y más tarde Alexander. Tocaba Giorgio Agamben, dos datos: discípulo  de Heidegger y traductor de Walter Benjamin al italiano. Lo que se nota una barbaridad, para muy bien.
Antes yo me resistía a salir de casa porque estaba viendo en Informe Semanal sobre esa bestia de Fidel Castro, el señor duque  del latifundio.
Evidentemente no hablamos durante la cena de Fidel, y sí de Trump, por ejemplo. Simplemente no salió, lo que  no deja de ser significativo.  
Vine de la Península (tampoco pintaba mucho) para el Oliver, pero lo hubiera hecho igual  desde China. Nos lo pasamos muy bien, y se cumple el fin  intelectual, lo que podía  ser un coñazo más/menos infinito, es un  mezcla perfecta  por armónica, del tono distendido, amistoso, humorístico con el propósito ilustrado. Alcanzamos nuestros objetivos, porque los cumplimos,  pasándolo muy bien. Grandes noches. De no ser por esto, no se aguantaría veladas intelectuales tanto tiempo. Los neoliberales repelidos, tan doctrinarios, sabihondos, concienzudos, que se toman tan en serio a sí mismos, esos marginales de la política y  la realidad (enemigos de clase míos, estos son  más recíprocos) hacen  desayunos  para beber mucho café y mantenerse despiertos.
Un camarero, ya nos saludamos como colegas, me llama José María que además conoce mi apellido, me deja perplejo, incrédulo... y satisfecho. Saben de mis artículos.   Yo de joven, no sé por qué, admiraba a los que eran conocidos, sin pensar que lo fueran en absoluto.
Creo que eso me pasa ahora a mi: me deben conocer mucha más gente que a los que conozco yo. Esta sospecha se cumplió ayer. Recuerdo que hace muchos años me dijeron dos personas que era más conocido de lo que creía. 
Me había leído dos libros de Agamben, uno lo tenía- aunque de aquella manera--, pero no el acordado. En el salón de las copas  y el debate me reservé  para el final. Mis Agamben no tenían que ver  con el que habían leído ellos. El catedrático me alabó.
Resulta que Alexander  es un tipo del que cada vez se descubren más cosas. Como  es abogado, me extrañaba que fuera tan ilustrado, no encajaba en  absoluto. Mi hermano me contó que había estudiado Historia en Viena. Ah, ahora lo entiendo. Le clasifico finalmente de intelectual, superados mis prejuicios, y a preguntas mías resulta que  también hizo  historia y periodismo en España.
Ayer me contó  que estudió con Herman Tertsch en la Universidad de Viena.  No jodas. ¿Cómo era? Pues bastante sobrado y provocador. Alexander empezó filosofía y pasó a Historia e Hispánicas,  allá estaba Tertsch. Hablaría muy bien alemán, sí, me contesta, además  había estudiado  en  el Colegio Alemán de Madrid. Pero como era hispánicas hablábamos en español. Estuvo un año 


viernes, noviembre 25, 2016

Sevilla tiene un sonido especial

Sevilla básicamente tiene un sonido especial o una suma de sonidos  especiales. Esto lo escribí en el hotel de Sevilla ayer o anteayer, pero resulta que hace unas pocas horas que he regresado a Tenerife y ¿quiénes venían en el avión, han entrado muy vip los últimos y se han adueñado de la primera fila? Pues Los del Río, de Sevilla tiene un color especial.
Llegué a Santa Justa el miércoles pasadas las  6 de la tarde. El taxista de 41 años (hablamos en el trayecto sin descanso) me dice, al ir a abrirme el portamaletas, de golpe: “¿Qué tal, hombre, cómo andamos? No puede ser, esto no es real. E inmediatamente nos contamos nuestras vidas, milis, borracheras… hubiera ido con él hasta Utrera, Lora del Río o donde fuera. El cielo azul pálido, amarilleando y raso a punto de desvanecerse  como si quisiera infundir melancolía, las luces ya encendidas  hacen resaltar su despedida, al sur unas  débiles nubes  de color sepia sirven de contrapunto.
Por fin estoy en un hotel con minibar lleno. Salgo raudo y hago mi procesión por los santos lugares, termino Sierpes y entro en el Laredo, donde conocí a XY.
Acto seguido constato que Sevilla tiene un sonido especial o sonidos especiales, como escribí al volver al hotel.
 Son estos: el de los pasos de caballos de los landós, el rumor siseante  con  el suave aviso campanil de los tranvías, y los timbres de las bicicletas. Esta Amsterdam del sur, de similar bienestar y mucha más vida, muestra un nuevo don de embaucamiento, el embrujo de  sus mujeres, que ya no son aquellas bellezas castizas y raciales de las latas de aceite. No puede haber en el mundo chicas más guapas, modernas, tan bien vestidas,  atrevidas, seguras de sí mismas, princesas. No es describible tanto encanto. Visten abrigos, chaquetas, zamarras, tres cuartos como militares, llevan bufandas, fulares, pañuelos;  gorras las menos, a la espalda mochila, o maletines, o bolsas en bandolera. Todo destreza, naturalidad, belleza. Las ves en ese dédalo que es el casco viejo mayor de Europa, que es el de Sevilla,  de noche, solas con sus bicis, determinadas, seguras, independientes.
En el único lugar del mundo donde creo la socialdemocracia tiene futuro es en Sevilla, todo lo indica sin la más mínima duda. El nivel medio es altísimo,  la gente llena las calles, el comercio cierra tarde, la sociabilidad se palpa como el gusto por la vida, la modernidad se muestra como fenómeno natural,  el  cuidado de calles, edificios, equipamientos, comercios... Es muy entretenida para caminarla, es una ciudad con fauna, tiene tipos llamativos, singulares, con biografía o genealogía. Muchas tiendas de sombreros, abanicos, imaginaría religiosa, de enmarcación de cuadros…
Sevilla es una ciudad monumental,  y muy  pocas  lo son. Pensaba lo que definiría la monumentalidad, París lo es, pero no Londres. La primera percepción la ofrece  las dimensiones grandiosas de los espacios, las avenidas, los parques, jardines, palacios y nobles  edificios tienen una escala muy superior, y son  fundamentales las perspectivas, que las haya. Andar Sevilla, incluso de noche, por las grandes avenidas, entre sombras con la vegetación atravesada por  puntos de luz titilante,  vegetación que se desborda por los muros, o que se alterna con los faros de los coches,  estudiantes que salen de sus clases, los modernos autobuses rojos, las bocas del metro, los tranvías y siempre las bicis zizagueantes, silenciosas, montadas por raudas amazonas. Cruzo mis puentes, me adentro en Los Remedios y atravieso Triana.
Ayer a la tarde estuve viendo un buen rato a unas bailaoras, guitarrista y cantaora en la Puerta de Jerez, hasta que se fueron. La que cantaba era una monada, tenían un pequeño tablado. La letra era muy sugestiva pues iba de una “morenita y pobre”, que le iba al hombre  a buscar a las tabernas, le llamaba borracho,  que era un ruina, que se pasaba bebiendo en las tabernas de la noche a la mañana, también contaba cosas de pescadores y de un disparo en la arena (superimagen).
Horas después sigo en Sevilla anímicamente. Hoy como era la predicción, llovía, (hubiera estado hasta mañana si no)  el taxista amenísimo, me ha contado muchísimas cosas, hemos pasado por el hospital de la Macarena y por el cineclub adonde íbamos. En el aeropuerto  he visto despegar al Airbus Beluga uno de los mayores  aviones de transporte del mundo, no parece ni que pueda volar, pero se ha elevado en mucho menos espacio que nosotros, los del avión de Los del Río. Han bebido vino, el moreno creo que dos unidades. Muy habladores. Tienen más perfil de humoristas que de cantantes. Como que son sevillanos o alrededores.


martes, noviembre 22, 2016

El Día Todo lo que ignoramos de la izquierda

http://eldia.es/criterios/2016-11-22/15-propiedad-intelectual-etica-politica.htm


COMO NO PUEDO CON EL ENLACE, INTERESADOS: EL DÍA CRITERIOS







lunes, noviembre 21, 2016

Conferencias en "El Sitio" publicadas





Mi Hermano deja de  ser escritor ágrafo

Curiosamente estando en Bilbao, es cuando han llegado 4 ejemplares, muy bien encuadernados a Tenerife. Al parecer los vascongados cumplen lo que dicen.
Es evidente de que se trataron  de conferencias, que no produce irritación que esté publicada, lo que confiere algo así como respetabilidad de bigotes blancos atusados y que descansaremos en alguna biblioteca selecta. Aunque la sociedad no puede comparase hoy a la que fue -gracias a lo cual estamos-, al menos  el nombre nos salpica.











domingo, noviembre 20, 2016

En domingo 2ª parte y casi pasado

algunos amigos reconocerán la zona
Le digo a mi sobrino mayor ayer cuando llegamos a Gernika, parada de Mundaka a Las Arenas. -Hay alguna razón para que Jon en Bermeo y tú en Gernika viváis en las últimas casas del pueblo?
-Te seguimos a ti, tú vives en la última de Santa Cruz-
- Es verdad- he de aceptar
Salimos de un bar donde he estado hospedado leyendo la prensa,  llueve y mi hermana va hablando con sus nietos en euskera. Con Trankilo y Señorita, que han aprendido a hablar hispano los dos solos.
-Le cuentas a tu hermano - me dice mi hermana- que hablan correctamente español sin que nadie les haya enseñado.
Las Arenas pertenece a Getxo, y es lugar histórico con Neguri de residencia de la oligarquía financiera industrial de Vizcaya, fue el lugar de los ricos. Luego aparecieron advenedizos, tipo mi familia.
Sigue siendo de derechas, que eso en Euskadi es simplemente oxígeno.  Lo más multicultural  del país es el PP, son como los pakistaníes en Londres, los turcomanos en Bremen, o los jemeníes en Nueva Jersey.
Se habla menos euskera que en Bilbao, por tanto, nada. Mi hermana siempre me dice que no se dice Agur (adiós) en Las Arenas, que es una de las palabras en euskera  que siempre hemos dicho los bilbaínos, pero tampoco adiós, sino el neutro hasta luego, siempre lo cuenta así.
-Joder como me han mirado esos por hablar euskera, ni que fuéramos … no me acuerdo
- Hombre, el estallido del inmortal victimismo- digo como un anestesiado. Si de ellos, gobierno y nacionalismo vasco, hubiera dependido habrían obligado a toda la sociedad a hablar euskera,  suprimido el español y  dejado  hablar un poco inglés. Ocurre que las fronteras del euskera fueron estrictamente  rurales y circunscritas, de forma que en Bilbao jamás se habló, de ahí que naciera el racista Sabino Arana y ETA. Dos creaciones de cierta similitud con la penicilina y el Louvre.
Ni lo ha pillado, claro.
Pero un poco antes,  cuando ha ido al bar donde estaba y ha visto que tenía El País y ABC, lo ha mirado como si fuera el  Mein Kampf . Esta es la eternidad, un talibanismo Loewe.  Le hubiera dicho, tras las religiones, el socialismo, esto y lo otro, puede haber  muchas cosas, pero el nacionalismo solo, únicamente  es victimismo. ¡Lo que es la familia, de qué si no!



En domingo

o
Mundaka
Aunque esté mal el decirlo, mi simpatía y dominio del medio es mayor que el de mi hermana, en lo que siempre ha despuntado. Aquí los  lances de barra y bar requieren mucha mejor esgrima que en Tenerife, surgen más dificultades, por lo que se hacen más atractivos esos lances. Los vascongados siguen siendo vascongados. Es importante jugar con las interpretaciones, los tiempos, quiebros, guiños, captación sutil del otro, luego ya todo marcha, antes se han dado elevaciones, picos de sierra.
El jueves en la playa de Ereaga le estuve hablando a mi hermana de  mi hermano y del grillo, se partía de risa. La última vez que estuvieron ella y Arantza, dos días seguidos con Rosita y fer, que no recuerdan a ver presenciados dos actuaciones conjuntas de ellos dos, tan imborrables. Que la mayoría de la gente no ha presenciado momentos tan estelares de nadie. De ahí nos pasamos a dos viejos amigos míos, dos verdaderos ligones y muy golfos, dos estrellas del sexo y la demasía, cuando eran bienes muy escasos. Le cuento a mi hermana algunas aventuras de ellos que no sabía.
Una sudamericana en el bar donde íbamos a comer: Hombre, ya has vuelto de Tenerife. ¡Pero bueno! Entra mi hermana al bar y me dice: ahí viene tu hermana. Anteayer en el pub de la buena música y vacío, con el poco pincelado dueño: lo mismo, donde terminamos tomando un gin tonic. Un aldeano redneck muy americano. Podía ser un pastor country vasco de Idaho.
Tanto dejar las llaves, que me vine sin ellas, menos mal que finalmente me encontré a Aitor y me ha dado un juego.
Ayer noche con Arantza en Bilbao. Ya no me siento bilbaíno –es evidente que llevo décadas fuera-, sino sociólogo. El nivel muy homogéneo de clase media alta, alto consumo, calidad  de bares, puede parecer  la zona de Dupont Circle de Washington, con más gente y mejor vestida.
Ayer sábado –creo que hay otro ayer más arriba- Mundaka -la mejor y más larga ola izquierda de Europa- , campeonato de surf, mi sobrino Jon debía participar pero como estaba solo con la hija, no pudo hacerlo. Ve amanecer en invierno en el agua del Cantábrico. Va a Indonesia, Costa Rica, Marruecos … a coger olas. Las olas de cuatro metros, contenidas en su máximo combamiento por el viento sur, parecía arte más que naturaleza. Ya dijo Oscar Wilde que la naturaleza imita al arte. Estuvo todo muy bien.





miércoles, noviembre 16, 2016

Mañana estaré en mi tierra


Los intelectuales de mi aldea. R. de Zubiaurre
Mañana estaré en mi tierra. No sentiré que regreso, sino que sigo, tampoco soy de seguir mucho porque en una semana ya habré  tomado el camino del sur: Córdoba y Sevilla.  Iremos a Mundaka, donde tomaremos unos vinos (excepcionalmente) en ambiente familiar amplio de confraternización- pueblo. Me pongo simpático y gracioso, y también se genera cierto espíritu de antiguos del pueblo. Pensar que hace solo unos años pensaba no volver jamás. Los del pueblo nos han considerado (familia) de allí, sin serlo. Incluso a mí, tanto que me (y amigos) censuraban de joven. Eran muy rancios.
Mi hermano sacó la foto del cuadro de arriba, se titula los intelectuales de mi aldea y es de Ramón de  Zubiaurre, que está en el Museo de Bellas Artes, le gustó mucho y me ha mandado un texto demasiado apologético de mí y de E, para colgarlo, pero no lo hago, por eso y porque malcita a Habermas, lo más punible. Espero que no deje de enviarme cosas.
En mi tierra ocurre que me siento como si fuera de allí, ni desarraigo, ni animadversión, pérdida, inadaptación, rechazo, hostilidad, deudas. Me quedé sin amigos, debido a mi exclusivo arte, de forma plenamente  unilateral.  Creo que es lo único no vasco mío. No soportaba el país, su ambiente, ideas, opinión común, diré en mi descargo, que es lo único que puedo decir. Ninguno me hizo absolutamente nada.  Según XY todos me adoraban, y como no lo había visto desde ese punto de vista: del de ellos, –solo del mío, o me dio exactamente igual-,  ahora creo, que sí, que era más o menos así.
En este ahora, recién dicho y prolongado, me siento  absolutamente normalizado, no tengo nada contra la gente de allí. En mis escasos contactos, vía hermana, como si nada. El mismo aquí que allí. Reconozco que he alcanzado  una gran simplificación de mi vida. Como dijo no sé qué poeta y cantaba el simple y amargado  Paco Ibáñez, yo ni estoy en guerra con mis entrañas.
Me gusta mirar mucho a la gente, en todos los sitios, y no solo a las tías buenas, sino a todos. Soy consciente de que lo estoy haciendo: mirar, lo increíble es que es sin la más mínima intención. De joven y maduro, miras para ver si te miran. Hace muchos lustros que no me mira nadie. Pues yo miro por mirar. Miro cada cara que tengo delante, no ropa, gestos, estilo o no, anatomía, yo miro  las caras, sin el más mínimo propósito ni explicación. Con total indiferencia, pero miro. En el metro es muy distinto que en la calles, las caras desdibujan su preeminencia  en beneficio de otros elementos más interesantes, sin duda,  ahí sí hay mucho juego: los móviles, las lecturas, las conversaciones, la ropa, lo tienes todo. Incluso puedes abandonar el más puro pulso existencial, de vida en cuanto vida y  fluir a su antojo, y hacer un poco sociología, que es otra historia y con menos poesía que la no- poesía que hay en el mirar que   hago yo. Igual lo hace todo el mundo, pero no lo cuenta.
Como mi desocupación  se va a intensificar en el viaje, quizá escriba sobre  él,  en “cartas a mi hermano Víctor Manuel”.   


lunes, noviembre 14, 2016

Esto lo tengo que contar

No es para menos, 4 horas en el banquillo, de 9:30 a 12:30, menos mal que han sido dos. A una edad
no existe la mínima excusa para no  hacer lo que debe hacerse, de manera exacta. Tenía fácil zafarme, pero no lo he hecho. El lacaniano, al que no aguanto como viste, presume de equipo, ha de ser que ha tenido fichajes muy bajos en su vida, se nota por el vestir y la pretendida agudeza, que es ambicioso aunque  mermado de inteligencia y gusto, Otra vez con los mocasines con borlas. Decía que presume de un equipucho de barrio de mala muerte, un poco vilipendiado en prensa, porque no se ha visto en otra. De lo que él presume yo siempre me he avergonzado.
Los partidos, o ganados  o empate. Es ganar en los dos casos
Hemos ido mi hermano y yo a Termini, con la mañana hecha. De pena de telediario, de eso que dicen, nada. Ayer mandé mi libro y sigo esperando el prólogo del Niño.
He estado con la acusación particular del juicio playero.
-Le digo: "le tienes acorralada a la casta" Y no me dice: cuál casta, ¿la antigua o la nueva? 
-Si viajabas con ellos.
-Por eso- me contesta. La verdad que eso ya me había contado hace tiempo. Nos reconocemos porque nos ponemos a hablar en  marxista. Este lo es.
-Pues no te queda ni IU, eres un outsider. Va y me contesta: sí, así es. 
-Pues como está el mundo, no estaremos en el mismo  bando... 

domingo, noviembre 13, 2016

Cobra importancia Córdoba


Me voy de viaje. De no tener ganas de ir a Bilbao, por ejemplo en verano, de repente me entraron   y  sólo necesité dos días para sacar el ticket, ya  terminado el libro del Sáhara, el  libro más corregido de la historia.
Voy de jueves a sábado o viernes de la siguiente semana.  Como en los últimos tiempos me he convertido en un gran usuario del ferrocarril y no pensaba quedarme todo el tiempo en Bilbao, dude a donde dirigirme, sólo se me ofrecían dos opciones: Málaga o Sevilla. Málaga, porque en agosto solo estuvimos horas, y con tantas comidas no pudimos volver, ni acercarnos a Marbella. Málaga tiene una oferta artística grandiosa. Sevilla que yo sepa, en términos contemporáneos o modernos, ninguna, pero está la ciudad.
Le pregunte a XY y a mi hermano. XY me dijo que yo era imposible, que siempre tenga que   ir a los mismos sitios, que fuera a Santiago, Zaragoza, Lisboa o Soria porque para eso era una persona culta. Allí fue  Peter Handke a  escribir un ensayo. Me encantó esa elección tan personal y exclusiva, y además se alojó en una residencia e iba a un bar también de las afueras a poner discos en la Jukebox. Ocurre que yo no soy un escritor que haya tenido desde niño, adolescencia o juventud esa vocación, por lo que  me falta todo el sacerdocio  y liturgias de los consagrados ab ovo (no confundir con AB-USO-CANARIAS). Tampoco tengo neurosis suficiente como para ir como escritor con acusadas observancias de tal, y decir, “sí, voy a ir a escribir”, como con el arrebato "opus magnum".
-Ten en cuenta que es invierno, a las seis es de noche, igual llueve y estaré solo. A ver qué hago yo en Soria. No soy ni poeta.
Le consulto a mi hermano: tú ¿a dónde irías? Me responde con una sensatez sorprendente: “a donde te vayas a encontrar a gusto”
Pues así lo he decidido. Ese es mi criterio y da un único resultado: Sevilla. Allí están mis lugares sagrados, mi peregrinación, una ciudad alegre con mucha gente en la calle y los bares, con carril-bici y chicas modernas, mezcla escandinava y andalusí, su buen cupo de turistas, teatro en la calle: los locales representándose  a sí mismos como argentinos de segunda. Ciudad grande para recorrerla entera, monumental y turística.
-¿Cuándo vas a volver?
-Para el sábado 26,  para estar en  el Oliver con Agamben, nunca me he perdido una cita Mácaros, que es sagrada.
-Se podría retrasar.
-No, porque igual lo pasaban al año que viene, tengo bastante  tiempo.
Mi idea es  volver el mismo 26 y pasar dos o tres noches en Sevilla, desde donde regresaré. Mis últimas estancias en Sevilla no han sido ni de 24 horas, lo que resulta frustrante, atropellado. Iniciado ayer este post, descubro, ¡mira por donde! que ahora mismo sólo hay una ciudad para buscar lo que más me interesa, que es precisamente  Córdoba. En Córdoba está la editorial más importante en temas de Al-Ándalus, moriscos y demás, luego en las librerías se encontrarán sus libros. Me apetece mucho visitar la Mezquita, encontrarme con cosas islámicas. Me interesa  muchísimo el islam,   la historia y la cultura de las religiones, pero nada sus dogmáticas o textos sagrados. Hay un Corán de mi hijo, del que nunca he pasado de la primera página.  Escribiendo esto he mejorado una barbaridad mi viaje, tiene una perspectiva nueva y de verdad interesante.
Hace poco, correo de mi hijo desde Londres de regreso a Washington, vuelve de Berlín (que fantastic, ya lo conocía) donde ha pasado el fin de semana, mi hija se queda en Berlín por trabajo, y superando la resaca Trump. Tocados.
Mis hijos y yo viajamos, aunque bajo otros conceptos y parámetros, no esencialmente similares.


viernes, noviembre 11, 2016

El prólogo y el libro

Únicamente  en todo el mundo, sólo yo, puede saber lo que representa dejar de escribir, para lo que antes hay que pensar, del tema sindicalista y regresar  al del Sáhara y Magreb, (ya no puedo referirme solo al Sáhara). He dudado incluso que figure en la solapa referencia al sindicalismo y laboralismo. Al final como han sido tres putos libros, dirigidos prácticamente a nadie que los pudiera comprender, van a aparecer. Superando la  vergüenza evidentemente ¿Qué se puede pensar de alguien que escribe sobre sindicalismo? ¿Habrá uno solo en el mundo que lo haga desde el mundo de la cultura e intelectual? Menos mal que yo me he salvado holgadamente, solo porque soy bueno y batallador,  recluido como estuve   en esa celda enmohecida, mortecina, banal, antigualla y tan absolutamente iletrada.
El último libro sobre el Sáhara, está esperando el prólogo del Niño. Vino el lunes a Los Reunidos -hubo un escueto brindis-, porque le había urgido el prólogo. Se lo había pedido -es un peso pesado- pero para que no hiciera un prólogo hagiográfico, sino que expresara sus ideas sobre la zona: la seguridad, la actualidad y que luego conectara con mi libro, que el texto  tuviera entidad propia.
 Está ilusionado y eso me contagió, el placer de colaborar, de compartir cosas. Mi hermano me ha hecho una corrección fantástica.
El cambio es brutal, se puede  hablar, se sabe que tendrá alguna trascendencia, que te sitúas en un mundo en el que hay posiciones, interlocución, interés, conocimiento. El Niño ya me ha mandado la mitad  del prólogo y es magnífico. El aporta el lado científico y analítico, yo el crítico e intelectual.


miércoles, noviembre 09, 2016

Trump: carambola de realidades ciertas

Máquina coreana
Gente que intelectualmente valoro, tres amigos míos, eran partidarios de Trump y algún otro también. En común: el esfuerzo analítico y argumental, e ir contracorriente pensando por sí mismos (sí, hay gente capaz de hacerlo). Los antiTrump se rasgan las vestiduras, anatemizan y excomulgan. Es lógico esperar al Anti-Cristo. De todo lo que he visto de Trump, lo único que me ha gustado y mucho, fue cuando dijo que le discriminaban porque el mismo discurso, si lo leía Michelle Obama era muy bueno y si lo leía su mujer muy malo. Cuando en realidad lo fusiló. Me pareció de las cosas más geniales que he oído, esa ironía tan salvaje, autoburla, chiste de Groucho.
A mí me hizo demócrata mi madre, una kennedyana entusiasta. Y seguí toda mi vida, hasta con Jimmy Carter, que descubrí más tarde su inutilidad. Desde hace meses siento nostalgia anticipada –que nunca he sentido por políticos- por la marcha de los Obama, mucha. Ahora  era, como mis hijos, de Hillary.
Dispositivo chino
El único país del mundo que puede desactivar o limitar mucho a Trump es precisamente EE.UU., el sistema de controles, contrapesos y garantías funciona con la máxima perfección. El partido republicano, no es un seguidor entusiasta de él y es el que controla las cámaras. En política interior está totalmente limitado por el legislativo, como lo estuvo Obama. Sin embargo, no ocurre eso en política exterior, donde sus poderes son soberanos.
 Los 12 o 13 millones de ilegales que tiene EE.UU.  están trabajando. EE.UU. tiene una tasa de paro del 5%. Los absorbe, por eso van. EE.UU. no es Europa. Si están trabajando son soporte de la economía y habrá empresas que los necesiten. Si aun así los echase, la inestabilidad política y conflictos  que acarrearía con México y resto de América no tendría precedentes. Tijuana, El Paso… son áreas  o polos económicos transfronterizos.
El clásico proteccionismo y ese viejo sueño autárquico americano, disparado con Trump, no es nada fácil, en las relaciones exteriores se aplican los principios de reciprocidad y retorsión. Los aranceles y trabas a la importación, serían replicados con las mismas medidas para los productos americanos desde el exterior. Trump pretende  acabar con la invasión comercial china, que no debe ser para tanto. Ocurre que la Reserva Federal está atestada de dólares chinos. Lo bueno de la interrelación económica y la globalización.
Ejército europeo francés
Quien  lo tiene mal es Europa. Como dato: quien acabó con el genocidio serbio (sin olvidar croatas) fue la aviación americana de Billy Clinton,  y quien acabó con Gadafi (se discute su oportunidad) fue Hillary Clinton. Atendían servicialmente  a Europa y les resolvían los problemas de su área y región, y todo gratis.
Esto no va a volver a pasar, como el freno a Rusia en Ucrania, ni contar con ellos para todos los conflictos de emigración, refugiados, amenazas de terrorismo, guerras que lo promueven y que atañen fundamentalmente  a Europa. La inseguridad, imprevisibilidad, conflictividad van en aumento. Por primera vez en la historia contemporánea no se podrá contar con EE.UU.  Europa se va a tener que hacer mayor de edad, independiente, sacrificarse, madurar, aceptar el principio de realidad mundial: el mundo de adultos.
La población americana, como decía ayer el diplomático Chencho Arias, está harta de loa gorrones europeos a los que EE.UU. les exime de gastos de Defensa.
El punto caliente, de gran fricción del planeta es el Pacífico, sobre todo el Mar de China, con el transporte de materias primas, crecimiento económico desenfrenado, la competencia mercantil salvaje, Corea del Norte y sus constantes amenazas y pruebas nucleares, conquista espacial de China, rearme general de la Región. Ahí sí está el interés estratégico, económico y militar, y de seguridad general   de EE.UU. No en Europa y en el mediterráneo u Oriente medio. En absoluto. Allí es donde se van a plantar.
Se podía hablar de por qué el presupuesto en sanidad de EE.UU. es el 18%  y el de Europa el 9. Y que les pasa a los laboratorios e investigación farmacéutica americanos. Esto lo dejo para hacer cábalas y pensar.
Todo el gasto español está dedicado a sanidad, educación y servicios sociales, no hay apenas presupuesto para otras partidas como investigación, industria y menos, militar. Siempre se ha dicho que el Estado del Bienestar europeo no hubiera sido el que es, sin la exención europea a las cargas de defensa. Todas las rondas las pagaba USA.
La vida, la historia, los riegos, imprevistos, amenazas también afectan a Europa e irán a más en un mundo hiper inestable. El 9% de la población mundial que constituye Europa posee el 60% del gasto social mundial. Lo tenemos muy bien montado. Y eso, con recortes. Zapatero pensaba que seríamos un gran ejemplo  para el mundo incluso que podríamos modelar la naturaleza humana entera, y una humanidad arcangélica surgiría  con solo  copiarnos. Este mundo infantil no existe.
Un dato. Actualmente tenemos en la Unión europea solo a Francia como potencia nuclear. Principio de realidad, y el mundo es tan enrevesado que vota a Trump.  Mientras, nosotros dirimimos que el no es no y hablamos mucho de los recortes, la aniquilación del estado de bienestar -mentiras de victimistas y llorones porque no es cierto- propio de la España pendiente de los demás, gregaria, impostada, de fachada,  que gusta demostrar tener muy buenos sentimientos. Ser más amorosos que los otros.
   


domingo, noviembre 06, 2016

Mis hijos de puerta en puerta en Washington

Las barras y estrellas custodiadas por su animal totémico
Al parecer llevan días, tras salir del trabajo, yendo de puerta en puerta pidiendo el voto para Hillary. Por supuesto, con Obama se entregaron. Hace unas semanas mientras mi hija estaba en El Cairo, mi hijo fue a un mitin de Hillary, según contó a su madre le gustaron mucho las mujeres que asistieron, le recordaban a ella. La verdad, que de lo que más hemos hablado (y lo hacemos por teléfono) siempre en casa ha sido de política, sociología. Desde el conocimiento y el análisis, detestamos las etiquetas. Igual por eso evito hablar fuera, me molesta,  salvo con amigos  muy contados. Ni que fuera patrimonio familiar no compartible.
Curiosamente, aunque mi hijo haga otras cosas y lógicamente más importantes, el valor simbólico de esas acciones, para mí personalmente representan mucho. En algún sentido es como si hablaran de mí, es como si señalaran o iluminaran el camino de mi vida, al concentrarse los valores, sueños e ideales que en el fondo admiraba, y realizarse increíblemente próximos. Los que  ni siquiera tuvieron forma y formulación, pero que latían en el inconsciente más que, para ponernos freudianos, en los ideales del yo. Aunque pueden que sean también inconscientes o en parte.
El más vasco de entre los vascos, desde luego admiraba el cosmopolitismo –me resultaba  inexplicable que me gustaran los pasadobles y me pareciera alucinante y sublime  la extensión del idioma español (que jamás confesé)-, más que el universalismo (que no es  más que declaración de intenciones), y siempre me atrajo la implicación política en países de adopción y elegidos  como Lord Byron, Lawrence de Arabia, Montesquieu… y el tercer elemento: la fascinación por la política, pocas cosas más nobles, aunque masivamente ocupada por los más innobles, el ágora de masas y mediocridad.
 No concibo el blog como los especialistas en  temas que atrae a los interesados y han de esmerarse mucho,  aunque yo tenga dos o  tres al respecto, perfectamente  descuidados. Prefiero los blogs personales  similares a diarios, notas, divagaciones ya que en esos está la vertiente literaria, ese desenfreno, y donde queda entronizado el autor, que forzosamente se hace o literario o imbécil perdido. Como un diarista, que es lo que confiere encuadre literario al gusto y necesidad de escribir. Ya se rellenará.
Mi último libro
No tengo ninguna duda que es muy bueno lo que he escrito, y lo digo  conteniéndome solo  porque es mío. A mí me interesan las opiniones de 2 ó 3 personas, que son muy cualificadas. Mi hermano que lo está corrigiendo, el viernes en el Atlantic me dijo sin preguntarle que era el mejor. Otro familiar, mi hijo, me escribe desde Washington que es “simplemente fabuloso”, que soy un auténtico intelectual y que le ha encantado, me envía correcciones sobre la marcha.    Quien ha sido capaz de escribir, con nivel absolutamente inédito, de sindicalismo, lógicamente puede con todo. Me lo  tuve que plantear como reto literario y ensayístico.


viernes, noviembre 04, 2016

Día de pleno

Seis horas ha necesitado Agapea para disponer del único libro que no tenía. Había quedado con mi hermano  en Agapea antes de las 13 horas, quería comprar a Agambem en principio. Antes me había llamado Alexander, tenemos Oliver el 26, más motivo entonces.
Resulta que no aparece, le escribo el nombre (mal) y que no hay, lo corrijo,  tampoco. No puede ser: es un pensador de plena actualidad. Donde lo busco, pregunta. Pues en filosofía, ensayo… No sale. Tiene que salir. ¿Y en sociología?. Mira, a ver. Tampoco. Hasta que aparece Desnudez. Llega mi hermano que se filtra en la conversa por detrás, cuando estoy pronunciando una zeta y les dice que soy de Bilbao. De repente me acuerdo de libros recién publicados que me gustaría comprar: Iñaki Ezkerra (ahí estaba  la  zeta, y el  libro) y pregunto por el último sobre Carl Schmitt. No aparece. No es de él, sino sobre él. Qué más dice el título. Hago memoria: algo de España. Una dependienta dice el título. Cómo es que lo sabes, le interrogo maravillado. Porque lo ha pedido un cliente. Me sorprende el interés que tengo por conocer al que lo ha pedido. Si lo viese comprar, lo abordaría. Ya esto de los libros, por lo menos de pensamiento (aunque también según quien de ficción) es como algo de iniciados, conjurados.
Antes he mirado por el Sáhara, Marruecos, historia, moriscos… nada. Pero por fin la visita a una librería ha resultado.
Nos encaminamos al Atlantic, le digo a mi hermano ¿Qué te parece lo informal que visto? Voy bastante sumamente. Va y me contesta: Pareces un jubilado de Baracaldo. No es cierto en absoluto, en todo caso uno de esos etarras que se han tirado en la cárcel 25 o 30 años, y salen con el desaliño de su juventud, como si en esa fase re-continuara su vida o allí hubiera permanecido. A lo que se une,  no haber realizado  el tránsito natural de la vida (retos, condiciones...) , y hayan de permanecer en el momento previo a las batallas (curiosamente las de verdad) y lances de la misma. Mi caso no es  parecido: es el eterno retorno, del primer Nietzsche. 


miércoles, noviembre 02, 2016

Caustico, sindicalismo feliz y patrocinio personal


Estoy   feliz como una perdiz con mi último libro sobre el  Sáhara: lo he corregido tantas veces, que ahora disfruto con el  producto, siempre encuentro algo más o menos pérfido, una aclaración conceptual, un mejor adjetivo, una sutil causticidad. ¿Qué siento? Que he ido lejos y ojalá que majestuosamente.
En mi forma de  escribir siempre me sale  la causticidad. Conocí la  palabra porque en fiestas de Bermeo donde íbamos los veraneantes de la zona, me puse hablar con uno de los de  Bakio, del colegio, y sus amigos, algo les debía estar diciendo  porque se acercó mi amigo madrileño Juan Ignacio, que estaban al lado, y les dijo que yo era muy caustico, no la había oído nunca. Ahora me he acordado, insultaba al que conocía. O sea, caustico era yo. Creo que ha sido la única palabra con que me han adjetivado,  que no la conociera. Claro, te deja marcado. Por lo que me acuerdo perfectamente de este acto bautismal. Me gustó el significado y me alegró serlo. 
Estar enterrado en las arenas del Sáhara, ya impaciente, y pasarme otra vez al síndico y a una de las personas más inteligentes que he conocido en mi vida, ha estado bien.  Creo que mi artículo contiene un alijo importante de causticidad, y es un texto rápido, como un torrente saltarín, primaveral, alegre. Conociendo a sus destinatarios y su mundo, su pequeña burbuja de importancia, supongo que les habrá gustado mucho ¡por fin expuesto a la luz del mundo y confrontarse!, nadie les ha abiertos horizontes –no tienen, solo presente tibio, en sus anémicas vidas.
Está resultando cierto que soy el gran patrocinador del sindicalismo. Ayer subí ya al más leído de criterios u opinión del periódico, donde sigo. Y en youtube de la Real Sociedad Económica ya tengo mi presentación muy por encima de autoridades académicas y de extraordinaria proyección. Que me pase a mí con el sindicalismo da  idea de la memez que representa hoy en día. Lo mismo continúo con invisibles,  enanos y estultos.
Ahora si presiento que acierto, que produzco pequeñas heridas, que igual agrieto o ensucio muros de aprioris, principios incuestionables. Leí a alguien que había que mantener la piedad en las críticas, yo creo que hay que ser totalmente inmisericorde, burlón y profanador. Que no tengan posibilidad de recuperación. Y si se siente desprecio, mostrarlo a las claras, que siempre constituirá la sonrisa más artera. Nunca me había referido a la pequeña marca oxidada por las siglas. Su ara con aura, ¡cómo nombran las siglas! como si fuera una deidad tutelar inmensa. Ay que ser mamones. Si no es por mi, nadie les ha sacado en opinión...
Hoy ha venido mi hermano a casa y de paso me ha traído El País. Le ha gustado mi régimen.
El lunes estaba La Noria lleno de halloweens, para variar, bajo el sino de la imposibilidad metafísica de gracia  (es cuando me acuerdo de los baskisch, eran muy buenos) pero teníamos mesa. Y nos dieron la una y las dos y las tres.
Vino Javi Coca, un placer. Como nos consideramos todos zumbados –de lo que nos alegramos y celebramos-, hicimos unas listas de ello, bueno las hizo B, en una salía el segundo y en otra el cuarto. Yael creo que me pone por delante de mi hermano.
El catedrático intelectualmente vitalicio full time, me dijo que conocía a Giorgio Agamben, filósofo de mucha proyección actual (al que tenemos para leer) por mí.
-Si te estoy diciendo que no puedo con él. Heidegger en comparación es un sindicalista. 


martes, noviembre 01, 2016

El Día:Sindicatos de clase y sindicatos corsarios


CRITERIOS JOSÉ MARÍA LIZUNDIA Sindicatos de clase y sindicatos corsarios 6veces compartido Comentarios 0 1/nov/16 04:17 Edición impresa PUBLICIDAD Que nadie hable ya de los sindicatos de clase confirma la inexistencia de las mismas, una deriva semántica interesante: de clase obrera, después trabajadores, a clases medias trabajadoras, es decir que la propia izquierda es incapaz de delimitar una sustantividad propia de trabajadores. Trabajador ya queda pues en atención a las consecuencias del mordisco de la manzana del Paraíso. Así como hay ideas políticas, aunque no se vote, nadie tiene ideas sindicales porque no existen. Son principios morales litúrgicos y estériles: confianza, solidaridad... megáfono. En el movimiento de izquierda, la retaguardia, el almacén, la tropa han sido los sindicatos. Salvo para el anarcosindicalismo, el consejismo de Pannekoek y Rosa Luxemburgo. Basta conocer sumariamente la historia de la izquierda. Desde hace muchas décadas son luchas económicas por aumentos salariales, y mejoras, dirigidas al mayor consumo (de lo básico se encarga el Estado), carentes de cualquier potencial de transformación social. Es desde la política desde donde se crean hospitales, universidades y servicios sociales. Por eso, y su bajísimo nivel general, han hecho que de siempre la lucha económica haya sido vista como el paraje yermo y carente de todo interés intelectual, cultural y moral, para quien ha tenido inquietudes políticas. Este el marco, los hechos concretos: CCOO de Albacete despedía a una trabajadora embarazada. USO siempre ha permanecido en los polvorientos estantes de abajo del supermercado sindical, sin haber obtenido en su historia un único logro, cumplido algún objetivo, ni ser "más representativo". Nada. Una empresa o un partido hubiera cerrado sí o sí, como cerraron los "prochinos" ORT y PT, CDS, UPyD, y sus dirigentes mediante créditos personales hubieron de pagar las deudas contraídas. El caso de la USO nos demuestra que todo resulta indiferente, para el sindicato da igual crecer que no crecer, tener metas a no tenerlas, estar que no estar. El ejemplo de la irrelevancia absoluta. El Estado les ha dado todo (la mitología de "las conquistas" olvida muy preciadas e indiscutibles herencias): negociación, patrimonio, subvenciones, híper representación. Ocurre que ahora están prácticamente fuera del agua coleando. Así las cosas, cabe imaginar la solvencia de los dirigentes de estas oxidadas pequeñas marcas, recientemente USO ha violado cumplidamente la ¡legislación laboral! con un trabajador abogado según sentencia judicial firme. Al desprecio que ello merece, hay que anudar su indigencia en derecho laboral y la incompetencia por no prever y evitar el gran coste económico derivado, demasiado plausible. La gerente que ha sido premiada con ¡finanzas! sigue hablando de "igualas". Dirigirá un máster.