jueves, junio 09, 2016

Cambios de vida

Si no fuera por el Sáhara estaría muerto, o si no vivo, pero de una manera bastante maltrecha. Le he llamado a E y estaba con una amiga de mi madre; lo eran desde niñas, y desde hace años fueron  también  vecinas. Estaba en su casa con MH y le he notado a ella (la amiga) con un estado de ánimo y vitalidad extraordinaria. Según E está mucho mejor que yo, y eso que es dos años más joven que mi madre.
El Sáhara saca lo mejor de mí, inauguro (descubro) territorios, las ideas me fluyen y mi punto de vista y el tono narrativo es novedoso, quiero que tenga también 122 páginas y sea editado  igual que los anteriores, que formen una unidad física. Estoy convencido de que lo que estoy haciendo tiene valor. Me anima mucho y  hace valorarme bastante alto. ¡No sé  a dónde hemos llegado: pervertir toda una fecunda y sostenida trayectoria de inutilidad! Por supuesto,  que soy el primero en  avergonzarme.  Las ideas y desarrollos no tienen que ver con el aparato bibliográfico, puedes hacer una tesis, ofrecer muchos datos y dar media idea y además desnutrida. Lo que vale es pensar lo no pensado, decir lo nunca dicho, y argumentarlo claro, de la mejor forma posible. Persuasivo, convincente, bien armado, que duela.
Dicen hasta en un libro, sin citarme claro, que soy promarroquí, pero por otro lado resulta que soy proisraelí. Lo que me deja doblemente contaminado o de una sola vez, pero por todas las partes. Como no voy a renunciar a nada, así vamos a seguir,  espero que se mantenga el detalle de la fiesta nacional. Creo saber lo que aporto, ya que me lo reconocen en libros. Sin citarme,  los cabrones.
Vuelvo con E., ya siente nostalgia por Las Arenas, ha ido a arreglar un cuadro que se cayó y lo ha dejado pagado. Me dice: "con todos los comandos (o algo así) que traje yo a esta casa". Resulta que va a ganar más de lo que creía, pero se lo tiene que pensar porque mi hija está al borde de otro cambio. Tiene hasta el martes para hacerlo. Si decide entrar, va a Ucrania sin deshacer las maletas.  Ayer habló largo y tendido con su madre, de  la nostalgia de las Arenas y del futuro. Hay una gran suerte: que no te pidan consejo para nada, y tú no tengas ni medio que darle, ni entre en tus planes. Supongo que eso es la educación. No es tema al que yo haya dedicado mucho tiempo, seguramente el mismo que a la existencia de Dios.  Aunque E ha estado muy cerca hace poco de ir a París a vivir, yo prefiero mil veces más que viva y sea americano, él tiene especial aptitud para el país de las oportunidades. En el primer año solo tendría 10 días de vacaciones, si no va la USO y lo remedia. O los laboralistas firman un manifiesto, con el  océano de capacidad analítica que les caracteriza. Toda la puta vida dando lecciones de moral: ¡sin citar un solo autor! Algunas veces pienso que he estado en más sitios que mis hijos, o, al menos, más alucinatorios


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