domingo, abril 03, 2016

La compasión. Sociologismo, cultura

Estamos comiendo sobre el recodo que en la ría de Mundaka asienta la playa de Laidatxu. Al fondo, ría arriba como siempre el monte Oiz, ya en el Duranguesado. Nosotros nos hallamos en la reserva de la biosfera del Urdaibai, y puedes ver desde la terraza a dos que hacen paddle surf, donde la mítica ola izquierda desfallece.

Convenimos que el terrorismo islamista Europeo –del otro, todavía más criminal en Europa, no se habla, es como si nunca hubiera existido-, es una cuestión sociológica de marginalidad. Tomo el mando de la palabra, y digo que los terroristas franceses y belgas, no conocen ni el islam, tampoco hablan árabe o apenas. Vamos, que no son talibanes formados en escuelas coránicas como las madrazzas. El papel que hacen los ulemas lo hace ahora Internet. Que la mayoría se han comprometido en las cárceles donde estaban por delincuencia común y que una de las jóvenes implicadas llevaba minifalda, una vida disoluta, fumaba y bebía hasta su conversión. El ertzaina -parece quue es teoría del Cuerpo- habla también de la marginalidad de los terroristas belgas y franceses, de las banlieuve, de la adversidad, abandono, total falta de oportunidades. En definitiva una sociedad muy injusta y capitalista. Describe una lúgubre situación de injusticia radical, que le permite expresar los nobles sentimientos que lo dignifican socialmente, y que realmente, por qué no, posee. Como la mayoría.

Es fundamental que cristalice, tenga materia, contornos precisos, la opresión, el humillado y ofendido, y que exista en toda su puridad. Que haga posicionarnos en nobleza y compasión, Añadimos piedad y misirecordia, como Alá el misericordioso.

Al hijo o nieto de imigrantes musulmanes le aqueja una falta total de identidad, ni se siente francés o blega pero tampoco tunecino o argelino. Puede en todo caso acogerse a una manto de protección general, universalista, radical, vengativo, beligerante como es el Islamismo. Que vaya en serio y haga justicia, empezando por él, que tiene cuentas pendientes.

No son muy puros, porque en matería de libertades si que se han aprovechado para trapichear, acostarse con mujeres y hombres, pornografía, beber, enborracharse, transgredir las leyes. Algunos beneficios sí han recogido, que no hubiera soñado en los lugares de sus antepasados.

Démosle empirismo y pragmatismo al materialismo sociologista, o hagamos las descripciones más completas. Aunque sea a costa de tener que mitigar la compasión, la misericordia y la piedad que nos honra socialmente como antaño otras virtudes igual de éticas. También que un Cuerpo humanista,como el ejército de Zapatero, ha de anteponer a sus acrisoladas disposicones hacia la bondad y la humanidad -las situaciones más faciles, de claros disgnósticos- el conocimiento que da el análisis.

Los marginados de las banlieuves de origen musulmán han dispuesto de pequeñas cosas, que solo dan el lugar de nacimiento: sanidad pública, educación pública, becas, oportunidades.. poder acceder a la seguridad de la función pública. El gendarme rematado en las cercanías de Charlie Hebdo era de nombre árabe y origen argelino. La negra asesinada cerca del superercado kosher era negra de Martinica.

Por qué lo que vale para Cuba, que ponderaba el ertzaina cuando estuuvo allí, ahora no cuenta,además con libertad, estado de derecho, abogados de oficio. Si somos matrerialistas y sociológicos tenemos que serlo para todo, hacer la descripción completa, porquue si no es trampa. Lo de oportunidades comprendo que no se entienda, ni la autonomía ni responsabilidad personal, ya que eso son valores o principios culturales, que no es tangible, como los aguantaparedes, que llaman en Fancia. Uno teniendo en cuenta eso no puede presentarse tan solidario y compasivo gratis de toda gratuidad.

Tú siempre con los débiles, me dice el otro. Ha salido Palestina y el Sáhara. No le contesto: a mi me interesan más, porque estoy más enterado pero un rato largo, y no tengo pueblo ni cuadrillas donde ir de bueno y ejemplar, unísono, coral. La única diferencia no está en lo que digamos, ninguno hacemos nada, ni tenemos que hacer, sino en el interés que nos merece el tema. En lo que no podemos compararnos.


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