miércoles, enero 06, 2016

Reyes y libros

Tal día como hoy Reyes, se casaron mis padres. Era un día que se celebraba en mi casa por todo lo alto, incluso había angulas muchas veces. Hoy no he tenido ni un solo regalo, lo que me importa más menos cero, y voy a comer solo. Había un plan familiar que yo para variar he declinado. Me aburro mortalmente, no echo la siesta, no leo. Tengo dorada, pero también gulas –aparecieron por navidad para una ensalada-, que me las cocinaré. Su ciencia es mínima, incluso las podría hacer mi hermano. Solo precisa una cazuela de barro pequeña, que no tendrá, y no le voy a invitar porque es más inepto que yo. Bueno, tampoco ha tenido regalos. Ninguno de nuestra pequeña cofradía los ha tenido.Los demás han sido expelidos de la cornucopia o cuerno de la abundancia, empezando por el líder y continuando por el binario y fanático textil Kamenev.
He cerrado 2015 con una celebración irrepetible y terminando mi libro –ya tercero sobre sindicalismo y laboralismo- gracias a un sindicato eternamente muy minoritario, USO se llama –los partidos desaparecen, en un sindicato da igual todo: que existan o no- es como una gran universidad y biblioteca, estar en la Sorbona, con una suma de cuestiones a resolver y a debatir. Un sindicato es básicamente cultura y ciencia y mucha preparación y formación, y si no, aquí estoy yo para demostrarlo con libros. Tres, soy el gran y único autor.
2015 ha sido uno de mis mejores años de mi vida. Se ha abierto ante mí una nueva vida, que tiene un valor máximo: el de última etapa y cambio, con el que no contaba en absoluto. Por otro lado se me considera escritor y ensayista a un nivel que me colma completamente y nunca lo había soñado. Es realmente mágico encontrarte, y yo me busco en internet, en campos de champion league. Estar en las grandes universidades americanas y en la Biblioteca del Congreso de EE.UU., sin ser de la Universidad, sin hacer ensayos canónicos con bibliografías, onomástica, pies de página, en una ínfima editorial, es todo un lujo. Nunca me hubiera imaginado estar donde me gusta estar. Vivimos a escala global, aunque la mediocridad inane ni lo conciba. Con todo lo que escribo ya tengo oficio de escritor.
Mi último libro lo tenía que escribir. Nunca ha habido una historia como la mía a cargo de ningún sindicato, menos USO que no es ni de lejos una universdidad americana, asociaciones políticas o culturales por las que me he movido, y la tenía que contar, nadie había escrito de los sindicatos en terminos críticos, analíticos y ensayísticos y además de testimonio. Justo lo que que mejor se me da. Un escitor y ensayista por fuerza estaba obligado a escribirlo. Un ensayo puede ser académico, literario, periodístico o literario crítico- racional y analítico.Este es el mío, más cuando un hecho probado entero de una sentencia ahora ecurrida, me lo reconoce. Es muy razonable y cierto ese hecho probado. Ahora estoy en esa fase orgiástica de las correcciones.



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