domingo, octubre 11, 2015

Las redes y mi blog, mis muchos blogs


De los compañeros que empezaron conmigo con los blogs, desde hace muchos años soy el único superviviente. Aunque los contadores no son del todo fiables, si han descendido mis entradas, aunque creo que tengo a unos cuantos perfectamente fidelizados (aguantan mil veces más que yo en los seguimientos), que es lo que yo siempre vengo a pretender. Creo que en general los blogs están de capa caída salvo que sean muy especializados y de mucha calidad. Nuestra época tiene la característica de sustituir rápidamente una cosa por la siguiente, más en este medio tan tecnológico. Yo me encuentro muchos menos blogs que antes, han tenido que disminuir de todas todas, yo apenas entro y si lo hago salgo enseguida. Normalmente no me interesan los temas, pero tampoco como están escritos y lo que dicen. Tendrían que ser muy singulares y sorprendentes para que me acordara. La gente de tuiter que sigo, periodistas sobre todo, que son activísimos con los tuits, algunos que no paran, sin embargo no suelen tener blogs. Significativo.
Y para uno que me gusta, Guerra Posmodernas de Jesús Manuel Pérez Triana, por sus análisis de gran nivel, me da pereza mirarlo porque sé que los voy a leer enteros, y no son cortos, además de muy densos.
De las redes lo más infame me parece Facebook. La gente no exhibe el cuerpo sino el alma y a veces toda su pobreza de espíritu. 80 "me gusta" a verdaderas idioteces. Facebook viene a ser como un prolegómeno anunciador de la certeza del fin del mundo. En los jóvenes lo veo justificado. Es una edad tonta.
Estoy en twitter donde me limitó a colgar mis artículos de prensa. Al comienzo quería tener seguidores, pronto descubrí que era mejor seguir a gente interesante, ahora me da igual, tan igual que no escribo ningún tuit. Había que hacer esfuerzo para ser brillante, agudo y oportuno. Cumpliendo esos requisitos alguno te entraba y te comentaba. Pero no estoy yo para esfuerzos de brillantez en Tuiter.
También por culpa de mi tertulia Mácaros me hice de google+, que todavía no sé para que sirve, aparte de para colgar mis artículos que nadie lee. Hay gente que me sigue pero yo no les correspondo. Tengo alguno que me manda (a mi y a 400 más) todos los días artículos que jamás abro, y son de esos que pugnan por tener más de 400 seguidores,
Hay una regla de oro, cuanto más seguidores tienes más pesados te encuentras que te acosan. Y hay que mantenerse a distancia de ellos y es básico tener pocos.
Luego están los guasap. Así como en los blogs la gente te deja en paz, no te están enseñando a todas las personas que tienen tu teléfono o has cruzado un correo, en el guasap te aparecen todos tus enemigos de clase, no clase, epidermis o nombres que no quieres ver ni en pintura.
Mis amigos tienen gusap, yo no estoy, hablan siempre de futbolín y son tan cariñosos que se felicitan los santos, da igual que tengas cuatro nombres, me imagino que para sentirse tíos, abuelos, pero yo logro infiltrarme con textos impropios, provocarlos, sacarlos de quicio. Últimamente estoy en esa modalidad guerrillera en guasp y descuido el blog. Cómo el blog, si tengo cuatro.




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