domingo, noviembre 17, 2013

La literatura canaria en la costa oeste de EE.UU. (y OTRO)


 Primero: Las puestas de sol en Extremadura
Hacía 4 años que no le veía, estaba yendo y viniendo hasta que se fue. Toda la gente que conozco está ahora igual que hace cuatro años, no sé de ni un solo cambio en la vida de nadie.  Se cumplen años, es todo lo que ocurre.  Por eso el aburrimiento siempre como fondo de pantalla… No es el caso.
Este amigo si tiene cosas que contar, ya que  ha conocido grandes vaivenes y desajustes con momentos críticos, abandonó buenos trabajos con indemnizaciones pactadas en Madrid y Tenerife, porque siempre  le tentó  mucho la vida alternativa, lo  lúdico, el recomienzo, otras cosas: el campo, la gastronomía. Pero cuando se tuercen las cosas, vuelan las preferentes y pasas al seno de la ola hace frío y hay penuria. Con la edad es cuando empiezas a saber que puedes quedarte en la cuneta. Hay quién se vacuna para que eso nunca pueda ocurrir. Estamos en una nueva era en la que lo característico va a ser la indeterminación casi general.
Mi amigo tiene una visión sobre él, quiere verse de una determinada manera, es su propio espectador. Ha emprendido algunas empresas, vendió su casa de Madrid y ha estado en su finca que compró en la Vera en Cáceres, tres inviernos muy duros sin dinero, sin ver a gente en una semana, pero lugar fascinante en agosto, cuando de vuelta a Madrid apareció  aquella gigantesca rodaja de remolacha con su borde redondo  de zanahoria al oeste por encima de  la tierra reseca y dura. La segunda puesta de sol más espectacular vista en mi vida, la primera también fue en Extremadura, entre Badajoz y Mérida. Las puestas de sol  en el mar siempre me han parecido mariconadas, un vestigio hippy  que tanto apetecen los abstemios de paladar lácteo.
Ha regresado y ayer nos pusimos a beber por nuestros reductos, como si no hubiera pasado el tiempo. Nos encontramos con mi hermano, que bebió.

La  literatura canaria en la costa oeste de EE.UU.
Mi biblioteca de literatura canaria se ha visto aumentada este sábado con cuatro volúmenes más. Cuatro hallazgos  de los que tres empecé a leerlos a la vez.  Mi biblioteca que ya albergaba  un pequeño fondo debido a mis relaciones con la cultura de los 80, es pequeña aún, por lo poco que encuentras en las librerías, incluyo las de Las Palmas, y en que puedes encontrar  (no tanto lo que quisieras) en las bibliotecas públicas.  Estoy pillando libros agotados  muy interesantes e imprescindibles.
De quien no pensaba encontrar a pesar de ser tantas veces citado era de C. Brian Morris, hispanista gales,  catedrático emérito  de  la Universidad de Los Ángeles UCLA, y gran referente internacional en el estudio de la Vanguardia canaria.
Esta visión periférica, es lo que es California en relación la centralidad canaria de su literatura, es sumamente interesante, y ahí  está también  Jaqueline Cruz, también académica, y también radicada en la Costa Oeste aunque de niña vivió en Tenerife y estudió en las Dominicas de Vistabella.
El tercer californiano que simplemente se interesó por la vanguardia canaria e indagó ante Carmen Balcells, fue ya en San Francisco el editor y  escritor beat Ferlinghetti.
La visión de Morris y Jaqueline Cruz es distinta a  la de esa numerosa pléyade de críticos literarios, la mayoría   profesores  de universidad que se dedicaron a descubrir,  estudiar, sistematizar y editar a los grandes de la literatura canaria. La labor de estos, realizada en unos 20 años es realmente  meritoria, y relativamente reciente,   constituyendo un verdadero trabajo crítico. Cumplieron su papel fundamental, que se me ocurre ahora mismo según  escribo, podría ser reconocido con la concesión del Premio Canarias de Literatura por su extraordinaria contribución al conocimiento de la literatura canaria. Es inimaginable la dimensión de la literatura canaria sin ellos.
Los  profesores de la Costa Oeste introducen elementos contextuales, tesis, enfoques  que escapan claramente a los parámetros de los críticos locales.
Por ejemplo Jaqueline Cruz  formula tesis curiosas como la importancia de la geografía en relación a la historia como elemento de reflexión poética y artística, o el apoliticismo relativo e inicial de la vanguardia.
De C. Brian Morris obtengo una información de la que nos disponía, la de las opiniones que hacen escritores adversos a Gaceta de Arte. No son solo elementos burgueses y religiosos reaccionarios y conservadores quienes los formulan.
Buscando una foto de  él me entero –eso me pasa por no leer la prensa local ni en digital- de que el pasado 13 de abril C. Brian Morris pronunció una conferencia en el Museo de Arte contemporáneo Eduardo Westerdhal del Puerto de la Cruz.

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