martes, abril 02, 2013

La recompensa


Resulta muy agradable constatar que el mérito a veces o a la larga es recompensado, en un tiempo y ámbitos en los que la mediocridad domina y lo invade prácticamente todo. Nos alegramos aparte de por el autor porque la calidad y la profundidad, el esfuerzo analítico y la buena escritura sean reconocidos. No resulta nada fácil.
Todo ello después de que el artículo de Eguiar Lizundia fuera desechado  por el sesteante periodismo local. Que últimamente afronta la crisis del papel conforme a un patrón de periodismo liviano muy apropiado para las consultas de los dentistas, donde las columnas se apelotonan para proclamar, cada cual con más ímpetu, el endeble perfil moral  del Sr. Bárcenas o lo injusto de los desahucios, pensando seguramente  en  que siempre hay alguno que no se ha enterado. En realidad los artículos parecen escritos por  los  lectores más ramplones que dictan al articulista tono, enojo, coro. Un periodismo oracular. Brillante, imaginativo, sorprendente, profundo, incisivo, novedoso… y no durmiente, anodino, repetido, superficial, de tópicos, lugares comunes y pachanguero.
El artículo en las columnas corales magazín, lógicamente cada vez más menguantes, no tiene cabida. Sin embargo un periodista de referencia en el periodismo nacional como es el director de  Vozpópuli (Jesús Cacho, Wikipedia), se puso en contacto con Eguiar cuando de madrugada regresaba de Chicago a Washington, que le había gustado mucho el artículo, que escribía  muy bien y le pedía una foto urgente.
S. le sacó una foto nada más aterrizar en Washington, la mandó a Madrid y  vio que tenía un blog.
No acaba aquí la historia, sino que le han colocado en la portada y, destacado, el primero de opinión. Confiamos en que nuestro joven autor no vuelva apuntar a ámbitos yertos
(Heidegger: sus traductores dirían deyectos). 
 






 

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