lunes, febrero 04, 2013

Sobre Miguel Ángel Díaz Palarea Iª parte

 Simpático, vitalista, hedonista, afecto al humor y los chistes, muy  alegre y con buen rollo (como Agustín Máximo Padilla Fuentes), sonriente y pícaro, admirador de las mujeres como si dispusiera en ocasiones de un  piloto automático, bebedor, desprejuiciado, nada timorato, bohemio, noctívago,   efusivo, cariñoso, negociante (no  sentía repugnancia por  el rendimiento económico de lo que fuere, incluido el arte, de lo que hablaba: de ventas) pero a la vez era extraordinariamente generoso y elegante, respetuoso más que irreverente, tolerante y liberal, amistoso, leal, humilde, muy noble, algo exhibicionista… amaba la vida con pasión  y le quedaban años con que deleitarse  él, los suyos  y  nosotros. En un mundo saturado de aburridos -auténtica  superpoblación- Palarea era como un tótem de la diversión y un verdadero personaje. La ciudad de La Laguna debió incorporarlo al patrimonio cultural de la ciudad hace tiempo: me consta que  contribuyó durante décadas  a que La Laguna y sus noches fueran esplendorosas o al menos  lo parecieran, imprevisibles, legendarias con individuos  carismáticos como él mismo, lo que  una ciudad universitaria como La Laguna debe engendrar, aunque sea  a golpe de  edictos.
Este es mi Miguel Ángel, con el que mejor  me entendía y al que le invitaba a las fiestas que alguna vez organicé, porque era  un amigo de divertido imprescindible; y en muchas cosas referentes a la vida, sus disfrutes, malas costumbres, derivas…  éramos muy colegas. ¡Cuántas noches memorables, que hayamos vivido tanta gente,  lo habrán sido en gran medida gracias a  él! Eso es la vida: la gente que hemos encontrado y lo que nos ha dado. También colaboramos en algunas cosas culturales, siempre perfectamente, con gusto, hubiera sido impensable que con él hubiera existido algún problema.
Como yo tengo derecho también a hablar de Palarea lo voy hacer, entre otras cosas porque se habla mucho de él pero para decir prácticamente siempre lo mismo, adjetivos que no voy a repetir. Porque  Palarea da para mucho más. De Palarea se dice una ristra de elogios por su multifacetismo pero nunca se adentra en ello. Es como si los significantes hurtaran al protagonista. Analizarlo es hacer un esfuerzo y mostrar interés por lo que hacía. Sacarlo de la retahíla de palabras para bucear en sus contenidos.
No puedo con todo de una vez, por lo que ahí va mi primera entrega.
 

1 comentario:

Anónimo dijo...

QUE EPOCA MAS DIVERTIDA, LUCIAN!, COMO DISFRUTAMOS DE NUESTRO QUERIDO PALA, TAN GROUCHO, TAN SIMPATICO, BUENROLLISMO ALWAYS, QUE PERSONAJE MAS ENTRAÑABLE. HEMOS TENIDO MUCHA SUERTE DE HABERLO CONOCIDO,...

BESOS GRANDES.
R.W.