domingo, noviembre 11, 2012

Ya mis próximos libros: narrativa y ensayo

Prueba de la portada
Excursus:  He encontrado datos que ignoraba en uno de los libros comprados ayer, desde  Bismark  hasta Weimar las estadísticas son contundentes en Alemania, tanto en los distintos niveles de educación como en la presión impositiva, títulos, profesiones liberales. Los primeros son los judíos luego los protestantes y por último siempre los católicos. Interesante a efectos  comparativos entre   luteranos/calvinistas y católicos. No los conocía.
Ahora soy capaz de escribir los libros que a mí me gustaría escribir. Lo pongo en cursiva como si fuera de otro, porque  entraña una suerte de satisfacción  casi plena, casi ajena. Es la necesidad de decir lo que uno tiene que decir, en narrativa o ensayo, y saber hacerlo. Soy ya muy mayor para  poses y fantasías.
Al fin  me han llegado las galeradas de Línea líquida. Ha sido un placer corregir, un gran reencuentro con el libro, he disfrutado, he leído lo que  a mi me gusta leer, lo que yo valoro, desde frases y palabras  a chispas y ocurrencias, pasando por un estado vital y resortes psicológicos con los que empatizar y evocar, amén de un discurrir de hechos divertidos, y   vivos, sobre todo  vivos creados donde en realidad no había casi nada.
Ayer abrió el telediario el Presidente del Tribunal Superior de Justicia de las  Vascongadas, a cuenta del asunto desahucio-suicidio- Baracaldo, al  que en 2001  traje a dar una conferencia (militaba contra el Plan Ibarretxe) en el Colegio de Abogados, luego un par de  decenas de personas (Srs Adv) fuimos a cenar con él.
Se trata de un jurista eminente, que a la profesión de juez une la académica, autor, conferenciante en muchos foros internacionales y un  intelectual oracular.  Me acordé ayer de que  una vez en su casa me dijo  que Vasca Cultura de Altura era el libro de nuestra generación. ¿Y si fuera un ensayo?  No es en absoluto el libro de nuestra generación, aclaro. Pero me sirve para plantear una cuestión, a mi que me gustan las ideas y la reflexión, la crítica.  Ese mismo libro forma parte de la exclusiva Bibliografía del Arte Vasco de 1936 a 1975 de la Sociedad de Estudios Vascos, también está  en la Universidad de Yale, amén  de otras universidades  y en la Biblioteca del Gobierno Vasco, que yo sepa. En todos estos lugares está como ensayo, lógicamente, a pesar de su lejanía del formato académico. Pero resulta que la narrativa en él está  omnipresente, por pasajes sobre la memoria personal, reflexiones, experiencias, comentarios que  impregnan el libro. El texto no se limita a sujetar  propuestas estéticas, artísticas o metafísicas. Lo que se me dijo en la carta que más quiero, la  del presidente del Instituto Príncipe de Viana de Navarra, que es la gran institución cultural.
Mi segundo libro del Sahara ya lo tengo en las  correcciones. Y vendrá servido de un prólogo que me ha hecho feliz. Un inmenso prólogo. Hablé con la editorial, ya que en los créditos de Línea líquida se señala que CEDRO (la SGAE de la literatura) posee el control de  la reproducción, incluso fotocopiados de párrafos, y hasta  pone un teléfono, para ver si puedo expandir el prólogo que viene muy bien a la difusión. Parece ser que sí. Pues estupendo.
Lo que escribo sobre el Sáhara no es algo aislado sino algo con contexto, no solo político o cultural sino bibliográfico y crítico. Sé muy bien lo que hago. Desde Washington acabo de recibir ahora mismo efusivas felicitaciones, se me asegura que es mejor que el primero. Opinión muy cualificada. 
Algún día contaré el experimento de puesta en circulación que hice con  Línea liquida y que por supuesto no he hecho con los del Sáhara. Creo que intuyo sobre que va ir mi próximo libro.

2 comentarios:

Jesús M. Pérez dijo...

Impacientes quedamos.

el escritor escondido dijo...

La línea líquida en el paritorio y fuera de cuentas...