domingo, julio 29, 2012

Recibo una tercera invitación en EE.UU:


Esta vez es la del Consejero Delegado –el máximo cargo ejecutivo- de la famosa cadena del hotel donde nos hospedamos. Una cadena española con hoteles en medio mundo. He estado charlando  un buen rato con él, que me ha contado muchas cosas del hotel y el grupo. Supongo que será, siguiendo la pauta exegética que vengo empleando las veces anteriores, debido  otra vez a    mi simpatía personal, forma de ser o manera de vestir, OK? lo que hace que se me invite tanto. Nos caímos muy bien, para que me  (nos) invitara a mojitos y daikiris. Muy chévere y muy padre.  Luego nos dijeron  que nos ponderó.Bueno, ya he sido invitado tres veces –en realidad cuatro- en EE.UU. que supongo será lo que les ocurra a todos los turistas apenas toquen suelo americano. Ayer al atardecer mientras me bañaba en South Beach pensaba en la ciudad que miraba desde el agua más cálida y limpia que nunca  he conocido. En Miami la naturaleza se ha excedido en generosidad proveyéndola de bahías, islas, playas, islotes,  rincones imposibles,  vegetación desbordada, magnífico tiempo, árboles añosos que se cierran como túneles y la más bella construcción  y así, uno de los  más hermosos barrios que recuerdo es el de Miami Beach. Posee un núcleo urbano de 600 casas catalogadas. Una cuidad apacible  de arquitectura art decó, que en realidad es el racionalismo alemán de Walter Gropius , con la afortunada particularidad de que exteriores e interiores muestran los signos ornamentales esenciales del lenguaje racionalista o de la Bauhaus. Un tejido urbano ordenado, un barrio de signos y lenguaje  categóricos -una destacada página en la historia de la arquitectura del SXX-, acogedor, umbrío, ordenado, recoleto, con avenidas-paseo que parecen túneles por las copas abrazadas de árboles añosos y enormes: esas avenidas arboladas  poseen paseos de césped  y todo tipo de plantas y arbustos, y parterres en sus entradas, jardincitos, patios, y corredores entre las casas alineadas. El frente de playa donde estamos son hotelitos con todas las muestras de art decó más bellas y cinematográficas, es de la década de los treinta del pasado siglo con coches de época aparcados. Todo sigue igual, todo te evoca  una época y a una vida.
Miami, capital de la cultura
Como mi experiencia sagrada en mis viajes es el arte moderno y especialmente contemporáneo, cuyos libros es lo que siempre me traigo de ellos, he  comprado dos libros del barrio del art decó. Han sido todos los días levantar brazos indicando repisas, voladizos, figuras, geometrías,  ventanas, volutas, paños, planos, signos lingüísticos del art decó y el racionalismo. Nuestro hotel está  a 70 metros de la casa de Versace, donde fue asesinado. Que no es decó.
Vistamos el MOCA, el Museo de  Arte Contemporáneo de Miami, parte ahora está cerrado, pero vemos unas instalaciones de video magníficas, me compro otro gran libro de arte. Ayer a la mañana nos arrebata el Mueso   Wolfonsian, dedicado en un marco art decó de máxima calidad al arte realista de principios del XX americano, -unos John Steinbeck de la pintura-, a la cartelería sobre el Sida, en un lacito rojo de una habitación de lacitos rojos escribí 3 nombres. La exposición estaba montada como si fuera expuesta en  el Moma de NYC. En otra planta se mostraban grabados y libros de la derrota de 1898 de España frente a Estados Unidos, cuando se perdió Cuba, Puerto rico, Filipinas y Guam. Todos las banderas y gallardetes de los barcos españoles son españoles –este nivel de cuento y de vivir del cuento, sólo se da en España- que aparecen en grabado, pinturas y cuadros-  tienen la bandera española y ni uno solo la republicana. ¡qué vergüenza ¡en una guerra contra Norteamérica  con la bandera facha de toda la vida! 

Cuarta invitación-
En una galería de arte y diseño hay una presentación de muebles de diseño, se nos invita a que pasemos, aunque se restringida y con copas.

El Encuentro mágico: el gusano Garmendia
Estamos en un bazar, de dónde son, hispánicos, de qué parte, soy de bilbao, país vasco pero vivo en las Canary.
-Yo también tengo ese origen, me apellido Garmendia y soy cubano. Es muy largo de  contar, y hubo tanta chispa por parte de él que sería laborioso intentar reproducirlo. Diré que me pase  40 minutos riéndome compulsivamente gracias al Gusano Garmendia.
Más arte, del norte donde se ubica el MOCA bajamos a comer Wynewood, que una vez lo había visto  por una televisión española, es un  lugar industrial donde florecen los restaurantes de comida global,mestiza, galerías y  talleres de arte, comercios y todo tipo de productos y servicios nuevos, creatividad a espuertas. El barrio tienen en sus paredes los mejores grafiteros del momento. Es impresionante. 


He superado tabús y prejuicios gracias a S: He comido brunch, en haitiano, cubano  comida global  excelente  en el bar de Wynewood. Incluso langosta en una marisquería antiquísima, en el bar tenías jazz, mientras esperando tomabas un aperitivo. Miami baño en el mar y en la cultura


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