martes, julio 31, 2012

Miami, estallido de arte, y diglosia

El frente de Ocean Drive
 De regreso se produce el ritual nostálgico de mirar las compras realizadas, que en mi caso son fundamentalmente libros de  arte contemporáneo y moderno. Nuestros viajes siempre son como  con  destino, porque siempre vemos museos de ese tipo de arte y de ningún otro, a cuyos restaurantes podemos ir  pero solo a comer,  como en el museo indio de Washington,  o edificios o barrios. Por cierto, traigo un par de grabados de nuestra librería de Washington y un mapa del Sáhara de 1800, este ha sido otro regalo, que es justo lo que quería.
El museo de Baltimore
Para cerrar el capitulo de asuntos mundanos, señalar que a la lista de regalos- acabo de mencionar uno- es preciso añadir  la invitación por parte del hotel donde nos hospedábamos en Miami, grupo del que es dueño  un famoso, a los desayunos y minibares de las habitaciones. A todos, que lo sepan algunas amigas que me leen (y felices vacaciones).  Amistamos.  Los desayunos, que acometíamos en la terraza  a medio metro  de altura de la calle, de la calle de máxima  marcha de Miami Beach,  Ocean Drive, no eran frugales. En  las terrazas de la acera y en las terrazas bajo los soportales de los hoteles art decó la música dura las 24 horas del día.
Si en Baltimore visitamos su  museo de arte y en Washington volvimos a la Phillips Collection –la National Gallery está de obras-, donde  hay una sala  con cuatro Rothko en las cuatro paredes ( tengo el libro de ese museo), en Miami visitamos tres museos y obras de arte (edificios)  dispersas por todo un distrito que equivaldría  a otros tres,  ya que íbamos por Miami Beach buscando expresamente todo el muestrario como hechizados. Ahora los libros son el testimonio detallado y perenne, fetiche.
A lo que hay que sumar el equivalente a otro museo, que es  Wynwood,  el barrio que despliega en sus muros a los mejores grafiteros. Uno de ellos es el que ha confeccionado el ícono de Obama de color rojo y azul.
el Wolffsonian
En Tel-Aviv hay 3.000 edificios catalogados de la Bauhaus, con Walter Gropius en Dessau estudiaron 11 palestinos, como se llamaban a los judíos antes de la independencia que fueron sus autores, en Miami son 600 art decó, pero su singularidad es mayor y de más calidad, ya que el racionalismo es elaborado no solo en lo propiamente ornamental y decorativos –que constituye una transgresión de la filosofía racionalista- , sino  en los  elementos arquitectónicos, en  su propia gramática. Las míticas  Arts and Caffts de  John Ruskin y William Morris afloran y son evocados  como padres de estirpe, por todos los lados, es decir las artes aplicadas, donde en el museo Wolffsonian (Universidad internacional de Miami),  continente y contenido son del máximo interés, por no referirnos al hotel más lujoso que he visto y veré: el Delano -una verdadera locura, qué mojitos- de Miami, solo faltaban Frank Sinatra, Dean Martin, Lucky Luciano,  Al Capone, los cóctel  también son americanos, casually.
Wynwood, donde comimos de maravilla, comida global
Quienes gusten del arte y lógicamente  de su historia, del urbanismo, de su imbricación en una forma de vida, no solo la  historia sino el puro historicismo de la arquitectura y de las artes aplicadas, el interiorismo, el diseño, la decoración… tienen una tierra de promisión única e ineluctable: Miami, como Chicago o NYC
DIGLOSIA
Desde el punto de vista de la suma de individuos que se expresan en dos idiomas, Miami sería bilingüe en alta proporción. Si nos atenemos al dominio social de un idioma sobre otro, lo que en lenguaje técnico se llama diglosia, Miami es diglósica en favor del inglés. Sostienen los expertos que siempre en comunidades de uso social de dos idiomas, se produce una diglosia. Lo que en absoluto mitiga mi extraordinaria admiración por comunidades bilingües de verdad, por  tanto completamente al margen de los experimentos de ingeniería social que pretenden inventar torpes visionarios burócratas de lares tan fecundos como España. Son mundos, conceptos, cosmovisiones, horizontes vitales, de pensamiento y comprensión  incomparables e incompatibles.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesantes sus post desde El Imperio. Le va a ser muy difícil volver a rodar con su (no se ofenda)cascajo de coche por la Rambla y visitar las avanzadas exposiciones del TEA.

Cuando acabe de visitar y escribir sobre el futuro y vuelva a casa, al pasado, bien podría hacer una conferencia sobre su viaje.

Salu2,
EDH.

Anónimo dijo...

Muchas gracias, estamos deseando:::

Jorge Ramiro dijo...


La ciudad famosa del estado de Florida suele tener muy buenas propuestas artísticas como gran parte de las ciudades de EEUU. Como siempre me ha interesado el arte cada vez que me alojo en un lugar me gusta que este vinculado con el mismo, por eso en este momento estoy buscando información de los Mejores Hoteles en Miami para poder veranear alli

lizundia dijo...

No se si tarde, le contesto. en el hotel en el que nos alojamos fue el Waldorf Towers, que ess el de Kike Sarasola, que tienenuna cadena muy cuiidada y singular por varios países. Está muy bien y en Oceanm drive, calle de bares y en la línea de playa. En todo el dstrito Art decó se ven hoteles pequeños muy bonitos. Una muy espectacular y antiguo es Delano, el re4staurante debe ser carísimo. No sé si le he ayudado, pero lo he pretendido