martes, julio 17, 2012

Idioma, músculos y Proud Mary


Mi evolución con el inglés ha sido la siguiente: ha pasado de  mediocre a pésimo para estacionarse con el tiempo en ultrajante, a la Corona Británica, los descendientes de las  Trece Colonias (norteamericanas)  y conjunto de la Commonwealth.
No me preocupaba en absoluto los restos de mi inglés que nunca pasó de mediocre, hasta que decidimos ir a Miami. Para Washington evidentemente no lo necesitas para nada, sé lo que digo porque ya he estado. Pero  a Miami no puedes ir sin saber inglés, y recitarlo con acento cálido. En caso contrario eres un pardillo absoluto y señalado. Ante un  reto así, hace unos meses me puse a estudiar inglés desaforadamente, hasta que inutilicé 3 mp3/4.
Al nivel del inglés están los músculos, por lo que también comencé a hacer pesas. Pienso bañarme en South Beach y uno ha de aparecer mínimamente musculado y digno, si quiere tener derecho a una pequeña área de arena. En cuyas terrazas  poder pedir un daikiri con  pronunciación  inglesa/norteamericana, como si sólo lo supieses pronunciar en ese idioma y se te escapara. Con algún comentario suplementario. El inglés es completamente imprescindible en Miami por estos ejemplos tan elocuentes y densos.
Nunca hubiera imaginado que Maimi despertara tan poderosa ansia  en mí.     
A última hora de ayer en la Nokia, una hierofanía:  ¡Proud Mary! con su editorial portátil. La acompañante perfecta para Miami, la líder de la comitiva. El triunfo a cinco o seis bandas. El símbolo del concepto (del concepto/estilo Miami), no sé si se me entiende.  Siempre había sido fan de Miami. Ayer lo supe de una manera epifánica, que diría un argentino de estándares  culturales medios.

1 comentario:

el escritor escondido dijo...

Una sesión de rayos uva, y un depilado integral tampoco estarían de más...