domingo, julio 15, 2012

Entender el cristianismo

Las lecturas liberales, normalmente en el Casino, corren a cargo de unos ilustrados muy preparados profesionalmente,  que son grandes conocedores del pensamiento liberal, la historia de las ideas, historia en general, economía, países...  A la cena acuden varios con libros, ¡un viernes a la noche!  Yael, que construye teorías económicas sobre el dinero y otros asuntos, no para de citar a la Reserva federal y  al Tesoro  americano, la divisa oro... Tres le contestan a un nivel que ni oyes a los especialistas en televisión. Contestar a Yael requiere conocimientos,  argumentación y finísimos matices.
Conocen a Adam Smith en profundidad –el viernes  tocaba la Riqueza de las Naciones-, al final del 4º libro dice uno,  otro desgrana los años de preparación  de los oficiales en los gremios y las relaciones de estos entre sí,  y uno de ellos, que es abogado,  parece economista e historiador (con algún concepto marxista), como un funcionario que tengo a mi izquierda.
Es una sensación extraña,  una noche rara, te recuerda algo a la juventud, cuando el conocimiento, teorías e  ideas  políticas –entonces de izquierda: cuando la izquierda no era sinónimo ni agente de analfabetismo - tenían valor y congregaban a la gente. 

El calvinismo en Escocia
Gracias al plan de encuentros –no podía con la Riqueza-  me he abocado a un asunto, en verdad interesante, sobre el arraigo del calvinismo en Escocia. De Escocia me habían interesado muchas cosas, sin que nunca lograra ahondar en ellas: la Ilustración escocesa, el presbiterianismo y el calvinismo en general,  el deísmo (la religión natural), la  filosofía del sentido común y la función de las  emociones desde el punto de vista moral.  Gracias a estas lecturas, que son un catalizador intelectual de primer orden, he encontrado las claves que estaba buscando. Y en unos días, lo que no sé si de otra forma  hubiera tenido el impulso para encontrarlo. Ya solo por esto debo mucho a estas lecturas liberales, que contrarrestan otros ambientes, como  uno matinal y oscurantista, anémico en  lecturas, arcaico.
Un amigo sindicalista lee ahora de Max Weber  el capitalismo y la ética del protestantismo, debido a la divisoria  que ha hecho reverdecer en Europa la tajante e inapelable   divisoria  entre protestantes y católicos (y ortodoxos).

Calvinismo sobre luteranismo
Sabía de los valores que defiende el luteranismo y que se basan en las virtudes del ahorro, austeridad, laboriosidad, ética del trabajo y responsabilidad personal que han servido de impulso y justificación del capitalismo,  y  siempre había tenido ganas de conocer los elementos estimulantes del calvinismo –de mayor influencia que el luteranismo-,  a partir de su idea fundamental de la predestinación (y la Caída), ahora  por fin  he descubierto un continente.
No creo en el neoliberalismo, quizá por mi origen socialdemócrata  de juventud, pero es indispensable leer  a los grandes autores del liberalismo político. Los principios liberales se han impuesto en el mundo globalizado y deben darse junto a los reguladores, con nuevos equilibrios. ¡Todos los autores que nos perdimos! Hace ya años que empecé  a llenar mis carencias. Aunque sea por cultura política básica, nos lo debíamos.

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