martes, mayo 22, 2012

La magia desbordada de las palabras


La demolición de la razón por las palabras se ha llevado por delante las ideas como posibilidad. No estamos para ellas.  Ni en tiempos que parecen preceder a los apocalípticos, la racionalidad y el debate parecen asomar. Muy al contrario, el mensaje es un significante moral, con idéntica (y torpe) carga de horror a la del pecado antes. Ahora, los nuevos pecados son sumamente execrables. Cuestionar las nuevas acepociones morales te convierte automáticamente en un contracorriente. Como que yo ya me estoy empezando a considerar un antisistema.
 Aunque no salga ni una cuenta y las deudas canten, los nuevos animistas ya lo  fían todo a la perversidad intencional de poderes ocultos. Por tanto es plausible que dentro de unos siglos aparezcan los Pericles, Aristóteles y Platones que revocan este estado de cosas.
Recortes. Una palabra con la que iniciar y finalizar al mismo tiempo la posibilidad de debate ¡pobre Kant!  Recorte, tal su connotación moral, ¡pura ignominia!, que no hay nada más que añadir ni buscar, ni intentarlo. Es como Patria o violación. Tiempos duros de palabras lanzallamas.
Hoy se han manifestado contra los recortes la famosa Educación española. Solo sabíamos de sus ratios, resultados, marcas mundiales, excelencia, sistemas de desmotivación y despilfarro faraónico.
Este modelo de educación  no es más que o recorte o educación para la niñez. No tengo ni idea porqué ha aparecido la crisis. Ni idea. Si es que la hay, ya que lo único tangible son los recortes.
En breve podré ofrecer un horizonte de expatriación, siquiera temporal, con oportunidad para un gran recorte de mangas.

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