sábado, septiembre 03, 2011

Stéphane Hessel, el Libro Rojo de Mao y Mein Kampf

El panfletillo-carta a los Reyes Magos de menos de 60 páginas
Un universo de sugerentes paralelismos
Parecía que la situación del mundo era realmente compleja por su impredecibilidad y descarnada inestabilidad, por sus súbitas derivas y quiebros, por los cambios radicales que exige la política y la economía, por la extrema dificultad de compresión  sincrónica  de las interrelaciones económicas y financieras  de un  mundo nuevo.
Donde los sabios callan, los  científicos especulan  y los filósofos meditan se alzan dos faros con la robustez de las profecías y la energía de los movimientos de masas más rompedores,  encuadrados en las “subversiones” populistas:  los indignaos y Stephane Hessel, su profeta autor de un gran libro miniatura (en contenido) de menos de 60 páginas de más que  ideas apaisadas y blandas.
He visto inundadas las librerías de su panfletillo de menos de 6o páginas. Un grosor menor  aún que Mein Kampf de Adolph Hitler, ambos devenidos propagandistas de nuevos mundos ante crisis económicas particularmente duras,  y quiebra  de la legitimidad institucional, y con recetas milagrosas en  poco papel. Son tiempos y tipos conocidos. Ambos con el apoyo enérgico de “la calle” frente/ contra las instituciones, contra las Repúblicas de Weimar.
Pensar que en mi juventud siempre estabas leyendo libros políticos y teóricos que ni entendías muchas veces , que sentías la exigencia de entender los fenómenos políticos y económicos con  libros de muchos autores que querías conocer y  comparar para tomar una posición propia. Con todo lo que leímos mi generación de izquierda, para que ahora un movimiento  de consignas  generales, superficiales, voluntaristas, infantiles, irreales, enemistadas con el pensamiento mínimamente riguroso, con la inteligencia y la razón rindan culto a  algo mucho menor que el  Libro Rojo de Maozedong.
Los que leímos algunos libros de más de 60 páginas –esas eran las páginas de la prensa de los partidos  de izquierda o de 5 panfletillos comparativamente muy enjundiosos-, no podemos menos  que alarmarnos seriamente por el derrumbe completo  y definitivo de un hipotético pensamiento de izquierdas, incapaz de reflexionar críticamente sobre el presente y futuro de la sociedad. Recordamos y conocemos muy bien  la simpleza del fascismo, los  filofascismos, los populismos que van a dar la vuelta a la sociedad y que sugestionan a las masas, a distancia. Por instinto antifascista.
¡Cuán conmovedor ha sido el encuentro entre el Adolescente ZP  y el  anciano infantil, y con el burocratón –biográficamente impecable-  Pepiño, y con los dirigentes de los grandes sindicatos! a todos los cuales parecían repudiar y contra los que se rebelaban los indignaos. Pero aquellos no tienen nada y buscan algo de presencia, algo de nervio, porque han dejado el campo devastado
Como fui muy político y leí algun libro de teoría política y filosofía  de izquierda supe desde hace años que los que apostaban por ZP, lo amortizarían llegado el momento con algo aún peor, si eso es posible, -la siembra para a izquierda ya analfabeta se había hecho.  El Niño Hessel  y la CALLE. Con Garzón y Willy Toledo. ¡Siniestro total!

2 comentarios:

el escritor escondido dijo...

He leído hoy en El Mundo que nuestro apreciado Willy Toledo ha escrito un libro que no deja títire ni titiritero con cabeza... Tras leer este verano a teósofos judíos, a Ratzinger o a César Vidal, lo mismo me da ahora por leer a Willy.

Taif dijo...

Has estado sembrado estas últimas semanas provocando, casi, un locus teologicus, en tu sabio y torrencial desenmascaramiento de la izquierda garbancera-¡qué generoso eres! y de la arrogancia salvadora de tanta superchería -pro domo sua- de oportunistas y patanes.Que no deciaga.
Por cierto estás plomao y perfectamente ladino en la pose de la foto. Genial.
Nos vemos.