miércoles, febrero 09, 2011

Roland Barthes y la 2ª flotilla actoral a Gaza

Cuartel teocrático y medieval de Gaza, en donde el bloqueo a todos los derechos humanos es tan cierto como empírico y sellado, y donde corre grave riesgo la vida de los palestinos (una de las ejecuciones preferidas  es la precipitación al vacío desde las azoteas, suerte de los militantes de AlFatah) que no comulguen con la religión política.

Hace muchísimos años compré un libro, supongo que de Barthes, en el que se analizaban las películas de James Bond. Demostraba que todas ellas respondían a los mismos planteamientos y estructuras. Un malo que quería dominar el mundo, una chica que le seduce, otra que lo mismo (una del malo, la otra de la CIA), su apresamiento, mañas, huida y triunfo final. Señalaba los valores propuestos. Hace muchos menos años, Barthes hacía el mismo análisis con San Ignacio de Loyola, el Marqués de Sade y Fourier, ellos también estaban presos por determinadas prácticas estructurales que venían a regir todas sus creaciones religiosas, sexuales o sociales.
El significado y el sentido eran siempre el mismo,  por mucho que la sucesión de secuencias y situaciones sufrieran las alteraciones naturales a todo devenir.


El problema palestino israelí es realmente complejo y de muy difícil solución. Por muy brutales que sean determinadas actuaciones israelíes, Israel es una democracia. Partidos, alternancia, libertad de expresión sin límite, que fobias, resabios totalitarios, muy baja estima de la libertad y democracia no van a alterar (algo más que arraigado en la siniestra tradición de la izquierda española).
Gaza no es una democracia, allí a la oposición palestina, ¡palestina! se le precipita al vacío desde las azoteas y no es lugar para tibios, neutrales, distraídos, agnósticos,  descreídos, gays, mujeres, hartos, inconstantes... palestinos. Gaza es un gran cuartel teocrático y medieval, donde nadie puede escaquearse o simular refugiarse embebido en los atardeceres del Mediterráneo. Gaza es una arenga a la muerte a  gritos y con ropajes negros y en formación  y a paso ligero y con los fusiles en alto donde lo exigible moralmente es morir matando. Gaza es una de las más fascinantes culturas de la muerte.

Así las cosas, nuestros progres intelectuales Wyoming, Willy Toledo, Alberto San Juan y resto de farándula, por ahora a medio disfrazar de mujaidines, informan en un video de la creación para mayo de la segunda flotilla a Gaza.
Con un lenguaje absolutamente beligerante y cuajado de adjetivos maniqueos en el que el mal es compacto como un misil o kassan, y el bien luminoso y digno de un Dios excepcionalmente puro y misericordioso, sobran por innecesarios lógicamente matices, reflexiones, dudas, revisiones, análisis, conocimiento. Entre el Bien y el Mal no hay margen. No eran distintos los impulsos y ánimo de justicia absoluta que movieron a las cruzadas contra el enemigo hostil sin margen de redención.
Tanta fe y sacros principios de justicia radical (literalmente bíblica) embarcados en la 2ª flotilla si no moverán montañas, sí servirán para intentar traspasar la flota israelí que ha impuesto el bloqueo: institución establecida, regulada y reconocida por el derecho público internacional, evidentemente.

Las ayudas de la anterior flotilla entraron sin cortapisas en Gaza –algo que quedaba exento de
espectáculo, algarabías televisivas, saltos y hurras, grandes celebraciones del éxito contra el judío-, desde los puertos de Israel donde fue obligada a atracar.
Sigamos a Barthes, no son tanto las mercancías, objetos ajenos a publicidad y sed de primeros planos ni de rendir testimonio de la talla personal como la condecoración de haber burlado y rendido al ejército israelí, al Tsahal, el gran objetivo. Un planteamiento muy militar con la máxima recompensa: las cámaras enfocando a los héroes, los recibimientos a los héroes (a tripulantes y fletadores-armadores), la gloria neta. Las mercancías sin embargo no palpitan ebrias por luces y flashes.
¿Podríamos  precisar la relación exacta entre las mercancias/ayuda y los héroes urgidos a serlo? Las mercancias son susceptibles de producir fines, pero no son dueñas de ninguno de los recovecos de las intenciones, obtención de recompensas, promoción, graduación, supeditación y utilización de fines primarios o secundarios y medios. Lo que menos importa y nada dice es lo que se proclame: ese amor desinteresado de madre (tan dulce).
Como a los artistas intelectuales ni les da por un mayor conocimiento del conflicto ni por favorecer contactos y ambientes que propiciarían el avance en la resolución del problema, el único significado y sentido propuestos, no es otro que su propia exaltación moral e ideológica.

El logro cierto es mostrar el mundo como gran mundo de candilejas, a donde ellos consiguen llevar su propia representación, narcisistamente, para sumergirse bajo  mayores focos y aplausos. Sentir la admiración incomparable que solo se profesa a los héroes y comprometidos,  a la estirpe de los más  valerosos.
Con riesgo cero, ellos avanzan hacia el gran plano, el telediario, primeros planos de un drama que requiere componer  facialmente su esencia expresiva, como Lacoontes de carne y hueso, con el rictus solidaridad sea ya, caras compungidas sedientas de justicia, ojos enrojecidos de no poder dormir de dolor solidaridad. Televisión, prensa, imágenes, abrazos, victoria, honor, el regreso, la despedida, heroísmo, la burla al israelí, las cámaras de la hazaña, planos del yo expandido de superioridad moral y heroismo.
Esta es la gran época de los estetas morales. El mundo de las candilejas traspasa todas las fronteras, su lenguaje de signos necesita cualquier ámbito. Los signos empero se leen. Barthes. 

• Un nuevo derecho surge, el derecho a las mercancías sin el elenco exhibicionista actoral, que es el que se desarrolla por las fronteras de Israel y Egipto todos los días, viernes y sábados incluidos

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me ha encantado el artículo. De 9'5, me alegra verle recuperar la forma, que andaba algo flojillo últimamente.

Esta semana me perdí "La puerta". Faltó el anuncio pertinente en el blog, dicho sea de paso (sin ánimo de exculpar mi olvido).
saludos,
E.C.

Anónimo dijo...

Los progresistas no aguantarían 6 meses viviendo en esos regímenes que defienden a capa y espada. Eso sí, para dar a luz prefieren el Imperio.
Salu2 EDH