jueves, febrero 03, 2011

Egipto

La Plaza de la Liberación es el gran escenario donde todo parece posible. Pero de eso hace unos días, ni una semana. Mubarak parece ya historia, alguien que ha de tener como máxima preocupación encontrar país que lo acoja, aunque no parece del todo que sea así, porque cambia gobierno, sale en la televisión y parece reservarse alguna baza. Los países occidentales ahora sí redoblan la presión sobre él.

En mi círculo más próximo: ¿Israel? Nos preocupa a todos.
Mohammed El Badarei dice que no tiene nada que negociar con Mubarak. El martes mi hermano y yo hablamos en Meridiano.
-Lo de El Badarei es un disparate, con una correlación de fuerzas tan aplastantes, a las que él puede representar, a su favor, y el silencio de los islamistas que parece ni respiran, es cuando debería evitar el vacío de poder, y forzar a Mubarak al traspaso de poderes a corto plazo. Tiene que dialogar con él y no negarse en redondo, escenificar la capitulación del régimen garantizando la estabilidad, lo que supondría ampliar apoyos e incrementar fuerzas (a costa del enemigo). Dar continuidad institucional al régimen hasta la ruptura y la democracia, como en España, y capitalizar después la transición. La política son relaciones de fuerza y en este momento las puede acumular, debe ser hábil –pecaba de optimismo.
Lo que no puede haber es vacío de poder y suspensión y quiebra de las instituciones durante semanas y meses, porque ya se sabe quien entonces se va a llevar el gato al agua: los Hermanos Musulmanes (fundadores modernos del islamismo)- volvía a pecar de los mismo.
Todo ha cambiado a día de hoy, Mubarak tiene el control de la calle al estilo de los temibles tonton macoute en el Haití de Papa Doc, ejemplo de la más virulenta y despiadada represión y caza pública del hombre, y el islamismo parece seguir replegado.
Cuando la caída del Muro se sabía que el régimen que reemplazaría al comunismo sería la democracia. Por muchas clases medias (relativas) y cultura que existan en Egipto, el régimen reemplazante no parece claro.
En el día de la gran concentración en la Plaza de la Liberación se vio a las masas postradas rezando. Busqué esa foto pero ampliada. La encontré, la gente rezando solo llenaban una parte central de la plaza, menos mal.
O El Badarei conocía muy bien a Mubarak o no es un tactista ni político. Mubarak asombra por su temple y brutalidad estilo Duvalier en Haití.
Que no acabaran de tomar la iniciativa política los islamistas en ningún país del Magreb, ni en la fase embrionaria ni en el desarrollo posterior de las luchas era curioso y esperanzador, además de un punto creo yo de inflexión extraordinario.
Impactado por la bestialidad del régimen egipcio y sea cual sea el desenlace, lo que parece claro es que los movimientos políticos en el escenarios son eso, políticos y no político- religiosos. Lo que es fundamental para el futuro.


El fundamentalismo islámico no se ha movido, el mundo se ha movido. A pesar del asco que me produce el comunismo, me apoyaré en Marx: el desarrollo de las fuerzas productivas llegado el caso es capaz de infligir graves perturbaciones y desplazar las superestructuras ideológicas y culturales hegemónicas.
La izquierda española, la más indocumentada y baturra de Europa con diferencia, procedió exactamente al revés, con la quema compulsiva de iglesias y clérigos, tareas incendiarias y purificadoras en las que aún sigue manteniendo el record mundial. Lo que hace bajarles muchísimo las ínfulas machistas a los propios islamistas. Poco conocida izquierda española que lleva 70 años pidiendo perdón por ello, una vez satisfechas las correspondientes indemnizaciones.

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