jueves, octubre 21, 2010

Trinidad Jiménez, ex diplomática consorte, luego ministra de exteriores

Hay una diferencia fundamental entre Trinidad Jiménez y Leire Pajín y Bibiana Aido. La popular Trini, la que remarcó el estilo del nuevo socialismo posmoderno con aquella chupa negra –que la contaminaba entera de progresismo “Ramoncín”-, a modo de tesis doctoral móvil y mundana sobre las ideas de la izquierda del futuro, no es hija de concejales de pueblo del PSOE que controlan el partido como un cortijo. Cual es el caso de los padres de Leire en Benidorm y de los de Bibiana en un pueblo de Cádiz. Padres que prosperaron mucho en ámbitos donde no era difícil hacerlo, más que nada por la falta de competencia y exigencia de capacidades muy específicas y elevadas.
En el pequeño mundo de las Casas del Pueblo, las federaciones locales y provinciales y el entramado institucional local del poder abastecido por esos aparatos, Leire y Bibiana acreditaron méritos (por serpenteo y adherencia precoces) que las llevarían después a la relevancia. Lo mismo que Trini. Una forma de acceso al poder que por primera vez en la historia de España no requería solvencia ni méritos contrastados, sino pertenencia a estructuras, de hecho cerradas, utilizadas por muy pocos en su promoción personal, y que redimía de oposiciones, currículos y otros avatares.
Algún día se historiará esta página revolucionaria de la ocupación del poder.
Trini proviene de familia de altos funcionarios del franquismo, muy implicados en el mantenimiento del aparato represivo de aquel estado y que, desaparecido Franco, descubrieron horrorizados que habían sido progresistas latentes (y descuidados) durante su régimen. No fueron como otros compañeros suyos que sin entusiasmo se dedicaron a sacar adelante a sus familias y no apetecieron más, sino de los que advirtieron cuál era el nuevo rumbo de los tiempos y se fueron colocando en consonancia  con lo que se imponía nuevamente.
Carlos Jiménez Villarejo que como fiscal franquista, suponemos de denodado ardor en la aplicación de aquellas leyes, por sus ascensos, pasado el tiempo devino en sabio catedrático de progresismo. De los cimientos represivos del franquismo al  izquierdismo irredento post caída del Muro de Berlín. Un nostálgico en el fondo, no tanto de la juventud como del totalitarismo.
Zapatero dijo dos frases ¡ha dicho tantas! que rubricaron el éxito de la LOGSE y de la educación española, ejemplo en el mundo, y su altura de estadista, que hicieron a muchos preocuparse: “presidente puede ser cualquiera” y “aprendería economía en dos horas". Después de frases así es un misterio por qué los padres se siguen empeñando en llevar a sus hijos a los institutos y que estos dócilmente vayan y no los quemen, y que no se dispare a los que han redescubierto la palabra excelencia, pensando hoy en el Príncipe de Asturias.
Trini devino secretaria de cooperación iberoamericana y Leire de algo similar, era el mundo inaugurado por Zapatero; con ser amigo o hijo era suficiente. O las dos cosas.


Ahora Trini ha dejado la chupa y es ministra de Exteriores y hete aquí los méritos: haber sido diplomática consorte en Guinea, Israel y Camerún. Más tarde, diplomática consorte divorciada.
Todas las biografías, incluida la del El País dan este dato estelar, en cambio no dicen si sabe idiomas. Aunque seguramente sepa o chapuree el camerunés mayoritario y el hebreo, y de cocteles, claro.


No sé si seguir buscando los master de gestión cualquiera de Leire o su praxis sanitaria. Las dos en la universidad y en democracia ya estaban en la escalada ¡qué escalada, alpinismo! socialista. Se han saltado todo, y todo es todo, unas verdaderas revolucionarias. Una gran cuota de ejemplo.

Zapatero es un  estadista que no está vinculado por el deber del mejor servicio al Estado y a los ciudadanos, sino por la satisfacción de sus propios deseos, simpatías, intuiciones, agradecimientos: de ahí que el presidente tierno y creativo sea tan ultra generoso con sus chicas.  El dispone conforme a sus afectos y apetencias de golpes de afecto: que pase revista muy embarazada Carme Chacón. Ni Fernando VII.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por favor, que las detengan y las expulsen ya!!!!!, no soporto tanta mediocridad. Bibiana es de Alcala de los Gazules, pueblo cateto sin par, y germen de todos los pseudo-socialistas andaluces, chorizos, rastreros y corruptos. Basta ya de dictadura socialista en andalucia!!.

Besos. R.W.G.

pomal i gross dijo...

EL cortijo andaluz del Psoe se desmoronará más pronto que tarde, librando a España del semillero de representantes y representantas tan incapaces como rastreros y rastreras.